El iGaming español crece con fuerza pese a las trabas que enfrenta Europa. Desde hace más de una década, el país impulsa una regulación estable que protege al consumidor sin perjudicar a las empresas, consolidando un mercado cada vez más sólido y competitivo.
Un modelo regulatorio sólido: la base del éxito español
Desde el año 2012, la Dirección General de Regulación del Juego (DGOJ) impone requisitos técnicos y de seguridad mediante un sólido sistema de licencias. Lo cual ha generado cientos de millones de euros en ingresos fiscales anuales, manteniendo al mismo tiempo la anteriormente mencionada protección a su consumidor.
Las oportunidades que el mercado español plantea y ofrece han propulsado a los usuarios a confiar y elegir el mercado español por sobre cualquier otro. Cada vez más portales especializados ofrecen guías para casinos online para consumidores de todo tipo. Los amplios márgenes en un mercado tan regulado invitan a sentir una seguridad en un modelo rentable que es difícil de igualar. La credibilidad y la calidad del contenido van de la mano.
La manera en la que España ha elegido impulsar el desarrollo de su industria ha tenido impacto directo en la confianza del consumidor, invitándolo a consumir en el mercado interno. Algo que dista bastante de las regulaciones de países como Alemania o Suecia, que con excesivas restricciones y limitaciones de depósito o retiro en el caso de los alemanes, o con protección tan extrema al consumidor que no logra generar tráfico suficiente en el caso de los suecos han ido limitando el crecimiento del mercado.
Se estima que el mercado total del juego en España alcanzará cruzar la barrera de los 12 mil millones de euros este año. Y si bien el juego físico sigue dominando por sobre el iGaming, el crecimiento pospandemia es notorio, ininterrumpido y superador. En relación con el 2024, se registra un incremento de casi el 20% de jugadores.
España como referente global del iGaming moderno
Por su parte, los mercados emergentes de América Latina, África y de algunos sectores del sudeste asiático están compitiendo activamente y generando una sana rivalidad con la que todas las partes pueden retroalimentarse, aunque la estabilidad y el crecimiento constante se centren en Europa y Estados Unidos.
El modelo español, firme y sólido con sus revolucionarias regulaciones de una década atrás, se sostiene como el gran bastión europeo en el mundo del iGaming. Fomentando el mercado ágil y vívido, sin abandonar sus políticas de protección para el consumidor. Es por eso que jugadores de todo el mundo continúan eligiendo España, y los propios españoles se sienten seguros de elegir el mercado local.
El crecimiento de los juegos de realidad virtual y la alta demanda de juegos móviles con crupier en vivo, sumado al avance de la inteligencia artificial, por citar algunos, proponen a futuro todo un desafío para que España pueda seguir siendo el gigante que es. Innovando como lo hizo desde siempre, los jugadores esperan entornos de juego más rápidos y con mayor capacidad de respuesta.

























































































































































































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