Este mes de agosto se cumplen 70 años desde la partición del subcontinente indio a partir de la cual el antiguo territorio británico dio lugar a dos nuevos países: India y Pakistán.
Tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, en Reino Unido se enfrentaban a la reconstrucción de un país arrasado y diezmado, que aunque se encontrase entre el bando ganador, debía afrontar grandes deudas para devolver el esplendor a sus calles tras años de conflicto internacional.
En este contexto, el nuevo gobierno laborista de Reino Unido tenía como máxima prioridad sacar a flote de nuevo al país por lo que potenciar el famoso imperio británico quedó momentáneamente en un segundo plano: tenían preocupaciones mayores.
Mientras tanto varias de sus colonias intensificaban sus protestas para reclamar una mayor autonomía.
En el caso de la India, el territorio llevaba desde la década de 1920 reclamando su derecho a la independencia con el célebre Gandhi ejerciendo de líder nacionalista (bajo su acertada filosofía de resistencia pacífica) quien logró incrementar exponencialmente los partidarios de la ruptura con UK.
Lo cierto es que durante la Segunda Guerra Mundial las ansias nacionalistas fueron silenciadas por el conflicto bélico a gran escala, si bien Churchill había encargado a Sir Stafford Cripps elaborar un acuerdo con este territorio a cambio de su apoyo total en la Gran Guerra.
La propuesta de Cripps implicaba el compromiso británico de permitir el autogobierno en este subcontinente tras la finalización de la misma, cosa que no gustó al Paramento Británico, pero que tampoco logró convencer a los líderes separatistas de la India.
Al largo conflicto armado se sumaron las peticiones desde el Congreso de la India de una profunda reforma constitucional que derivaron en la encarcelación de sus principales líderes por más de tres años, amplificando la brecha entre los dos territorios.
Ya en 1946 se acentuaron los motines militares a lo largo de todo el país que fueron aplacados por los británicos, pero que supusieron un fuerte empujón electoral para los defensores del separatismo. Al margen de esto, en India existía una gran división interna debido a la dicotomía religiosa entre los territorios con población mayoritariamente musulmana y los de población predominantemente hindú.
Ante este escenario de inmumerables conflictos y revueltas que amenazaban con desatar una guerra civil, se llegó la conclusión en el subcontinente que lo mejor para preservar la paz sería la partición del territorio en dos: uno para la población musulmana (Pakistán) y otro para la hindú (India) aunque ello implicase un intercambio masivo de población entre dichos territorios.
Los problemas económicos en Westminster hicieron que los laboristas, como partido en el Gobierno Británico, admitieran el derecho de autodeterminación del subcontinente fijando un corto plazo para llevarlo a cabo, que se consumaría en Agosto de 1947.
Concretamente el 14 de Agosto se proclamó la fundación del Estado de Pakistán.
Al día siguiente, el 15 de Agosto de 1947, se produce la declaración de Independencia de la India.
Las fronteras de estos nuevos países se trazaron de forma consensuada con UK basándose en criterios de preponderancia religiosa, ya que hasta ese momento el subcontinente estaba formado por una agrupación de estados cuyos líderes decidieron anhexionar a uno de los dos nuevos países según estos criterios.
Todos menos uno: Cachemira, que se mantuvo durante un año al margen de cualquier adhesión ya que su territorio era de población musulmana pero regido por un rey hindú. Tras las tensiones desatadas con Pakistán, quien reclamaba su soberanía, y las presiones de India y China para que no cedieran, finalmente en 1948 se incorporó a la India quedando posteriormente desmembrado en varias regiones bajo control pakistaní, chino e hindú, y dando lugar a numerosas guerras entre dichos países en un conflicto político-administrativo que a día de hoy sigue sin resolver.
70 años después, India y Pakistán están orgullosos del camino recorrido en estas siete décadas de historia, mientras en Reino Unido rememoran la pérdida de una de sus colonias que, pese a todo, mantiene unos fuertes lazos con quien tiempo atrás fuera su madre patria, ahora, de igual a igual.
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