La noche electoral del 21 de diciembre ha marcado un punto de inflexión en la política extremeña. Con el 99,9 % del escrutinio completado, las elecciones autonómicas han confirmado un vuelco histórico en una comunidad tradicionalmente dominada por la izquierda, con una clara victoria del Partido Popular y un desplome sin precedentes del PSOE.
El Partido Popular se impone con 29 diputados, mejorando en uno su representación respecto a 2023 y alcanzando el 43,18 % de los votos. Aunque pierde alrededor de 9.000 papeletas en términos absolutos frente a las últimas autonómicas, el PP capitaliza el hundimiento socialista y se consolida como primera fuerza política en Extremadura, con una ventaja de casi 17 puntos sobre el segundo partido.
La formación popular se impone además en ambas provincias. En Badajoz, logra 16 escaños, frente a 10 del PSOE, mientras que en Cáceres obtiene 13 diputados, superando también con claridad a los socialistas.
Hundimiento del PSOE: una derrota histórica
El PSOE sufre una de las peores derrotas de su historia. Con 18 escaños, pierde diez diputados respecto a 2023 y se queda en el 25,72 % de los votos, más de 14 puntos menos que en las anteriores autonómicas.
En términos absolutos, el PSOE cae de 244.000 votos a poco más de 136.000, un desplome que no encuentra precedentes recientes en Extremadura y que refleja una desmovilización masiva de su electorado tradicional, especialmente en zonas rurales y antiguos bastiones provinciales.
Vox irrumpe con fuerza y se consolida
El gran beneficiado del ciclo electoral, junto al PP, es Vox. La formación de derecha radical más que duplica su representación, pasando de 5 a 11 escaños, y alcanza el 16,9 % de los votos, con una subida cercana a los 9 puntos porcentuales.
Vox se convierte en actor clave del nuevo Parlamento extremeño, especialmente en Badajoz, donde obtiene 6 diputados, y refuerza su presencia en Cáceres con 5 escaños, consolidando un espacio electoral que hasta ahora era marginal en la comunidad.
La izquierda alternativa resiste, pero sin capacidad de compensar
Podemos-IU-AV mejora resultados y pasa de 4 a 7 diputados, superando el 10 % de los votos. Aunque el crecimiento es significativo, resulta insuficiente para compensar el hundimiento del PSOE y para articular una alternativa de gobierno.
El resto de candidaturas queda fuera de la Asamblea, con porcentajes testimoniales. Juntos por Extremadura, heredera del espacio regionalista, cae por debajo del 1 % y desaparece del mapa institucional.
Un Parlamento claramente escorado a la derecha
La suma de PP y Vox alcanza los 40 escaños, una mayoría absoluta holgada en una cámara de 65 diputados. El resultado confirma un giro ideológico profundo del electorado extremeño y abre un escenario de gobierno de derechas con fuerte peso de Vox, previsiblemente con una negociación que marcará la agenda política de la legislatura.
Más allá del reparto de escaños, la lectura política es clara: Extremadura deja de ser un bastión seguro del socialismo español y se incorpora al mapa de comunidades donde la derecha no solo gobierna, sino que lo hace con una legitimidad electoral incuestionable. El 21-D no ha sido solo una alternancia; ha sido un cambio de ciclo.



























































































































































































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