El secretario general del PSOE de Extremadura, Miguel Ángel Gallardo, ha asegurado que no piensa dimitir tras la apertura de juicio oral contra él por presunta prevaricación administrativa y tráfico de influencias en el caso que afecta también al hermano del presidente del Gobierno, David Sánchez, dado que eso es lo que quiere la ultraderecha y confía en que pronto se acabe esta “pena del telediario”.
También ha comentado que no va a volver a hablar sobre su situación judicial en el caso del hermano de Pedro Sánchez hasta la celebración de un juicio que ha reclamado que se celebre “lo antes posible”.
Así lo ha indicado en declaraciones a los medios de comunicación en la Asamblea, tras el cara a cara que ha mantenido con la presidenta de la Junta, María Guardiola, el primero tras confirmarse la apertura de juicio oral contra él por su participación como presidente de la Diputación en la contratación de David Sánchez.
Asimismo, ha declarado sentirse “tranquilo” ante esta situación, al tiempo que ha vuelto a declarar su inocencia y de repetir que no va a dimitir porque sería hacer precisamente lo que buscan las asociaciones de “ultraderecha” que pusieron una “denuncia falsa” y PP y Vox al sumarse a su relato. “No nos van a doblegar”, ha reiterado.
“Es la última vez que voy a hablar de esto”, ha dicho en respuesta a los periodistas que han solicitado su comparecencia para preguntarle sobre la instrucción de la juez Biedma, sobre quien no ha querido volver a pronunciarse porque ahora se entra en “un proceso completamente nuevo, un proceso diferente”, y ante el cual desea que se celebre “cuanto antes para que se pueda ver dónde está la verdad”.
Y hasta que no llegue ese momento, ha remarcado, no volverá a hablar porque no tiene “ninguna novedad que dar”, aunque entiende que “a nivel mediático pueda interesar”, pues es un caso que está “vinculado claramente” con el presidente del Gobierno, porque “si David Sánchez se llamara David Jiménez no habría caso ni estaríamos aquí”.
Tras refrendar su confianza en los tribunales, ha deseado que “a partir de ahora se deje trabajar” a la justicia, y que pueda fijar fecha para el juicio “lo antes posible” para que, por otra parte, “vaya terminando” la “pena del telediario” que es algo que ha reconocido es “duro”, porque lleva “un año y medio desde que una organización de ultraderecha, coordinada con la derecha y la ultraderecha de este país, puso una denuncia falsa, instrumentalizando la política”.
Llegados a este punto del caso, en el que se abre un nuevo escenario hasta la apertura del juicio oral, ha reiterado su “plena” confianza en la institución de la Justicia y en los magistrados que se pondrán al frente de este juicio, a quienes ya ha advertido que “no será fácil, porque la derecha y la ultraderecha seguirán presionando”.
Gallardo quiere que el juicio sea “lo antes posible” para que sean las acusaciones las que demuestren que es culpable. “Yo no me tengo que defender de algo que no he hecho, tiene que ser la acusación la que demuestre que efectivamente yo he hecho algo que sea ilegal e irregular”, pero “no lo van a poder hacer porque no lo soy”.
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