Los resultados del 21-D han hecho daño a las opciones “unionistas”, que han conseguido menos votos que los independentistas y no han logrado arrebatarles la mayoría absoluta en el Parlament.
Como consecuencia de ello, han surgido voces que proponen “pagar a los independentistas” con su misma moneda. “Si quieren trocear la soberanía española, entonces también se podrá trocear la catalana”, afirman. Y si pretenden que Cataluña tiene derecho a decidir su futuro, entonces no podrán negar que partes de Cataluña también tengan derecho a decidir el suyo. Si la soberanía es troceable, será troceable a todas las escalas. Para ello se está aireando la idea de “Tabarnia”, que lleva pululando por los medios desde hace un tiempo, pero que ahora ha sido defendida expresamente por primera vez por algunos políticos.
https://twitter.com/GirautaOficial/status/944960868332331009
El asunto se resume en que en las ciudades de Barcelona y Tarragona, junto con zonas costeras cercanas, el independentismo no es mayoritario, sino que está incluso en ligera inferioridad respecto al constitucionalismo. Es justo la situación inversa a la que se produce en el conjunto de Cataluña.
¿No podría esta región, entonces, separarse del resto de Catalunya?
Los partidarios de Tabarnia explotan los argumentos del independentismo catalán para darles la vuelta. Frente al “Espanya ens roba” alegan con desparpajo un “Catalunya ens roba” que dibuja una Tabarnia dinámica, rica, que aporta y paga, mientras “Catalunya” es una extensa área rural que la rodea y que vive de los dineros que llegan desde la costa.
https://twitter.com/josepramonbosch/status/945599824396767232
El movimiento empieza a no ser tan testimonial, y está reclutando apoyos diversos.
#Tabarnia es una realidad por mucho que los medios separatistas lo oculten. Tabarnia es distinta y vota distinto. Referéndum de autonomía para Tabarnia YA! #Tabarnexit #Barcelona #Ciutadans #Bcn #Tarragona #Bcnisnotcat pic.twitter.com/VdQmU7vsSG
— Tabarnia Oficial – Plataforma por Tabarnia (@Bcnisnotcat_) December 22, 2017
https://twitter.com/MundoBurbu/status/945431815178858496
La pretensión, en definitiva, sería crear la comunidad autónoma de Tabarnia, con cerca de seis millones de habitantes y una renta per capita tan grande como la mayor de toda España. Esta nueva comunidad se separaría del resto de Catalunya, que se quedaría con la mayor parte del territorio, pero una población de menos de dos millones de personas y una renta per capita apenas superior a la media española.
¿Pero es esto posible?
Los partidarios de Tabarnia dicen que sí. Al contrario de la pretensión de independizar Catalunya, que no cabe en la Constitución, Tabarnia sí podría llegar a constituirse en comunidad autónoma de una forma perfectamente legal. Para ello habría que utilizar los artículos 143 y 144 de la Constitución, que permiten la creación de comunidades de carácter uniprovincial, o bien la unión de varias provincias limítrofes. Ya se hizo en el pasado para dar carta de naturaleza a regiones que, sin tener carácter histórico, sí reunían características sociales, geográficas o económicas que en su momento se consideraron suficientes (Cantabria, La Rioja).
Pero hay graves inconvenientes que los defensores de Tabarnia no mencionan. El sistema previsto en la Constitución parte de las provincias existentes, y exige que la iniciativa surja de las Diputaciones provinciales afectadas y cuente con el apoyo de las dos terceras partes de los municipios de esas provincias. Incluso en el caso de que se consiguiera que las diputaciones de Barcelona y/o Tarragona llevaran adelante la iniciativa (algo muy difícil dada su composición actual), habría que contar con la aprobación de dos tercios de sus municipios, es decir, de al menos 208 consistorios de la provincia de Barcelona (son en total 311), y 123 de los 184 tarraconenses.
Eso es, sencillamente, imposible. La Cataluña rural ocupa más territorio en ambas provincias, y la mayoría de sus municipios están dominados por partidos independentistas. De esta forma, aunque la mayor parte de la población viva en localidades sin mayoría nacionalista, la mayoría de los consistorios sí lo son. La iniciativa “Tabarnia” fracasaría tanto en la provincia de Barcelona como en la de Tarragona.
La única posibilidad que tendrían sería una medida mucho más radical: aplicar el artículo 141.1 de la Constitución para crear previamente, mediante una ley orgánica aprobada por el Parlamento español, la provincia de Tabarnia. Esto es ciertamente legal, pero necesitaría un acuerdo entre diversas fuerzas políticas que implicaría, necesariamente, un choque directo con el resto de Catalunya.
Por último, si se crease esa provincia, para poder constituirse a continuación en Comunidad Autónoma aún sería obligatorio el apoyo de las dos terceras partes de sus municipios, que sumasen la mayoría de la población. Sería imprescindible contar con el voto a favor de Barcelona, Tarragona, Reus… algo que tampoco parece fácil, si nos fijamos en la composición de muchos consistorios en la actualidad.
Por tanto, para llegar a la presunta comunidad autónoma de Tabarnia habría que recorrer un camino legal y social largo, que llevaría varios años, y que supondría, de hecho, promover una división definitiva entre las dos áreas diferentes en que se divide Cataluña a la hora de votar.
Aparte, el Valle de Arán quedaría aislado, con un difícil encaje, aunque para este problema también se empiezan a proponer alternativas que plantean parecidas dificultades que Tabarnia.
Proyecto #tabarnia es necesario, para darles jaque mate a los independentistas. Demoles apoyo. Los partidos políticos: @CiutadansCs, @PPCatalunya y @socialistes_cat tambien tendrías que apoyar este proyecto, ya que son incapaces de aportar otra solución #boicotproductoscatalanes pic.twitter.com/OpYz4lkeum
— ⚔️ contra NWO (Nuevo Orden Mundial) ⚔️ (@RobinDelEspacio) December 23, 2017
En definitiva, da la sensación de que, más que una realidad, la propuesta de Tabarnia es una manera, inteligente, de incomodar a los independentistas y colocarlos frente a sus propias contradicciones, devolviéndoles su misma moneda con unos argumentos calcados a los suyos (“derecho a decidir”; “expolio fiscal”; “no se puede perseguir a nadie por querer votar”…).
Pero en la práctica hacer de Tabarnia algo real sería muy costoso y supondría el reconocimiento de que España ha perdido a Cataluña. Al menos, al resto de Cataluña. Lo que ocurre es que en un hipotético escenario final de ruptura, cualquier posibilidad que se plantee, por extraña que nos parezca ahora, puede acabar siendo una realidad. Europa está plagada de ejemplos parecidos.
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