Este domingo, en Ecuador, se celebra una elección inusual para un mandato de tan solo quince meses, donde Luisa González, vinculada al expresidente Rafael Correa, y el empresario Daniel Noboa compiten por la presidencia. Este proceso electoral es crucial para el futuro de la nación, que busca superar la crisis de gobernabilidad que la llevó a esta situación.
González representa al correatismo, que gobernó de 2007 a 2017, mientras que Noboa es el heredero de un imperio empresarial en el sector bananero, que perteneció a su padre, el magnate Álvaro Noboa. Esta elección llega tras un período de inestabilidad política, agitación social e inseguridad que ha sacudido al país en los últimos años.
El ganador de estos comicios completará el mandato de cuatro años, que originalmente le correspondía al actual presidente, Guillermo Lasso, un conservador que acortó su mandato en mayo pasado mediante el mecanismo constitucional conocido como “muerte cruzada”. Esto provocó la disolución de la Asamblea Nacional, controlada por la oposición, liderada por el correísmo, que buscaba destituir al presidente Lasso en un juicio político por presunta malversación de fondos, cargo que él niega categóricamente.
Lasso no buscó la reelección en estos comicios y responsabilizó a la Asamblea por obstruir la implementación de sus políticas en una cámara donde el oficialismo tenía una presencia limitada. La decisión sobre el cambio en ambos poderes quedó en manos de los votantes.
En la primera vuelta de las elecciones, González y Noboa emergieron como los dos candidatos más votados, y al mismo tiempo se eligió la nueva composición de la Asamblea. Aunque el correísmo se convirtió nuevamente en la principal fuerza en la Asamblea, no obtuvo una mayoría absoluta. Por lo tanto, el ganador de la presidencia deberá forjar acuerdos y alianzas políticas para gobernar.
El movimiento Revolución Ciudadana, liderado por Correa, logró más de cincuenta escaños en el Parlamento. En segundo lugar, de manera sorprendente, se ubicó el movimiento Construye, cuyo candidato a la presidencia, Fernando Villavicencio, fue asesinado en agosto durante un mitin en Quito. Construye podría asegurarse unos 27 escaños, seguido por el Partido Social Cristiano (PSC) con 15 escaños, y la alianza Acción Democrática Nacional (ADN), liderada por Noboa, con algo más de una docena de miembros en la Asamblea.
Además, hay otros grupos políticos menores como Actuemos, del excandidato a la presidencia Otto Sonnenholzner; Pachakutik, el brazo político del movimiento indígena; Claro que se puede, del excandidato Yaku Pérez; Reto, Centro Democrático, Amigo y otros grupos locales que también contribuirán a la conformación de mayorías.
Aún falta por definir los seis asambleístas del exterior, cuyas votaciones se repetirán este domingo después de problemas con la plataforma de “voto telemático” durante la primera vuelta. El margen de victoria será crucial.
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