Los hábitos en España han sufrido una transformación considerable desde 2019, principalmente como consecuencia del confinamiento durante los meses más duros de la pandemia.
Nuestro país siempre ha sido un lugar en el que los ciudadanos han disfrutado de las tareas al aire libre, de los eventos sociales y de las actividades en grupo. Eso no ha cambiado radicalmente, pero ahora se valoran mucho más otras actividades más ‘caseras’ o que se pueden llevar a cabo de forma individual o en grupo en remoto.
Las actividades como los cursos de idiomas o los talleres de yoga se han transformado y ahora son decenas de miles los ciudadanos que las realizan desde la comodidad de sus casas. Han aumentado los españoles que afirman dedicarse un tiempo todos los días a sí mismos, haciendo cosas que les reportan satisfacción personal, y tan variadas como la meditación, pasar un rato en familia o jugar en el ordenador para evadirse de la rutina.
Una de las industrias que más impulso ha tenido es la de los juegos en línea, que venía de años de récord y que hoy en día está muy por encima de las proyecciones a cinco años que se habían hecho a finales de la década anterior.
La evolución de los dispositivos móviles y sus motores gráficos, que los han convertido en auténticas videoconsolas portátiles y el desarrollo de los gamers como perfil más profesionalizado han llevado al éxito a plataformas digitales donde miles de aficionados comparten partidas, visualizan consejos para mejorar en sus habilidades y crean nuevas comunidades de amigos online sin moverse de casa.
Los desarrolladores de juegos en línea han creado verdaderos micro mundos y los usuarios disponen hoy de plataformas repletas de juegos gratis para descargar que permiten a cualquiera con un móvil o un ordenador disfrutar de un buen rato de ocio sin ningún coste.
El número de juegos online es mucho mayor que los juegos tradicionales. Estos, en su modalidad online, ofertan desde clásicos hasta otras opciones más rompedoras. Una de las principales razones que hace que los juegos sean más variados y atractivos es que estos no requieren gastos significativos para el usuario.
Según datos de Eurostat, los españoles dedican ahora más de ocho horas a la semana de media para jugar a juegos online, mientras que al inicio de la década anterior esta cifra se situaba en poco más de cuatro. La industria ha experimentado un boom y ha pasado a facturar más de 2.000 millones de euros al año, proyectándose más de 2.500 para el año 2025.
Pero que haya habido un cambio en los hábitos no significa que los españoles no sigan disfrutando de verse con sus amigos, de comer fuera, de ir al cine o al teatro, de hacer excursiones por el campo, de pasar días en la playa o de muchas cosas más. Y es que siempre hay huecos para sacar tiempo para uno mismo, para echar una partidita en el bus camino del trabajo o mientras se espera a los amigos para comer en un buen restaurante.
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