Este mediodía, Salvador Illa ha tomado posesión como presidente de la Generalitat de Cataluña en una ceremonia celebrada en el Salón Sant Jordi del Palau de la Generalitat. Illa, que se convierte en el 133º presidente de Cataluña, fue investido después de un proceso de negociaciones complejo, especialmente con ERC y Catalunya en Comú, partidos con los que ha logrado acuerdos clave para su gobierno.
El acto de toma de posesión comenzó con la lectura del real decreto de nombramiento por parte del presidente del Parlament, Josep Rull, y continuó con la entrega de la medalla del cargo por parte del presidente saliente, Pere Aragonès. Este traspaso de poderes se realizó en un clima de cordialidad, con Aragonès destacando la importancia de garantizar la continuidad en la gestión pública para el bienestar de los ciudadanos.
En su primer discurso como presidente, Illa reafirmó su compromiso con una financiación singular para Cataluña y subrayó la importancia de mantener relaciones constructivas tanto con el gobierno central como con la Unión Europea. La ceremonia se produce en un contexto político tenso, marcado por el regreso a España de Carles Puigdemont, ya de vuelta en Waterloo, cuya formación podría influir en la estabilidad del nuevo gobierno de Illa.
Este evento marca un nuevo capítulo en la política catalana, con expectativas puestas en cómo Illa manejará los desafíos inherentes a su nuevo cargo.
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