La campaña presidencial irlandesa de 2025 avanza hacia su recta final con un escenario inédito: una candidata independiente (que ha recibido el apoyo de los partidos de izquierdas, especialmente el Sinn Féin), encabeza las encuestas frente a los históricos partidos de gobierno. Catherine Connolly, diputada independiente y figura respetada por su trayectoria en defensa de la transparencia institucional y la equidad social, se ha convertido en el eje de una contienda que simboliza la crisis del duopolio político que durante décadas dominaron Fianna Fáil y Fine Gael.
Un cargo simbólico, pero de alto valor moral
A diferencia de otros países europeos, la presidencia irlandesa carece de poder ejecutivo directo. Sin embargo, el cargo conserva un enorme peso moral y simbólico, en tanto que encarna la unidad del Estado y la proyección internacional de Irlanda. La elección, prevista para finales de octubre, se ha convertido en un reflejo del clima político general: polarización suave, desgaste institucional y una ciudadanía cada vez más escéptica ante los partidos tradicionales.
Los candidatos: experiencia frente a independencia
Connolly compite con dos figuras del establishment: Heather Humphreys (Fine Gael), actual ministra de Asuntos Sociales, y Jim Gavin (Fianna Fáil), exentrenador de la selección de fútbol gaélico convertido en símbolo de liderazgo pragmático. Ambos candidatos representan las dos grandes formaciones que históricamente se han alternado en el poder, pero que hoy sufren una notable pérdida de atractivo electoral, sobre todo entre los votantes jóvenes y urbanos.
La campaña se ha centrado menos en programas y más en atributos personales: credibilidad, independencia y autoridad moral. Connolly ha sabido proyectar una imagen de honestidad y cercanía, apelando a un electorado que valora la neutralidad y la ética pública. Su discurso, alejado del partidismo, conecta con la frustración ante el deterioro de la confianza en las instituciones y la creciente percepción de desconexión entre clase política y ciudadanía.
Encuestas y dinámicas de voto
El sondeo más reciente de Ireland Thinks (3 de octubre de 2025) sitúa a Connolly con un 45,7 % de las preferencias, frente al 32,9 % de Humphreys y el 21,4 % de Gavin.
En un eventual desempate —entre una candidatura independiente y una conjunta del bloque gubernamental Fine Gael–Fianna Fáil— la independiente vencería por 53 % a 47 %.
Esta tendencia refleja un viraje estructural en la cultura política irlandesa: la búsqueda de figuras ajenas a la maquinaria partidista, percibidas como más representativas de los valores cívicos y del interés común. El resultado, de confirmarse, marcaría el primer triunfo de una independiente en la historia contemporánea de Irlanda.
Implicaciones políticas
Aunque el rol presidencial es fundamentalmente ceremonial, una victoria de Connolly tendría un impacto simbólico profundo: consolidaría la erosión del bipartidismo y anticiparía un reequilibrio del mapa político de cara a las próximas elecciones legislativas. Para Fine Gael y Fianna Fáil, la derrota sería un llamado de atención sobre su desconexión social y la urgencia de renovar liderazgos y narrativas.
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