Hoy difunde El Confidencial la información de que el fiscal suizo Bernard Bertossa, que lleva años con la investigacion sobre Juan Carlos I, ha detectado la existencia de una cuenta en Suiza que estaría vinculada al rey emérito.
La cuenta no aparece en las dos regularizaciones tributarias realizadas por Juan Carlos I, ni mencionada expresamente ni de manera indirecta, en cuanto al origen de los fondos en ella depositados.
La investigación en España no está cerrada, sino que, tan solo, en principio podría acabar archivándose al haberse realizado regularizaciones fiscales sin una demanda expresa por parte de la administración tributaria para ello. Sin embargo, esta nueva revelación podría complicar el archivo, puesto que, aún no constando la titularidad de Juan Carlos I, si se demuestra la vinculación efectiva entre la cuenta y su persona, las regularizaciones efectuadas hasta ahora podrían considerarse insuficientes, y la Fiscalía dispondría de elementos para continuar con el proceso e intentar la imputación del emérito.
El depósito ahora aflorado se mantuvo abierto durante 10 años en la entidad suiza Andbank, y habría sido operativo gracias a la sociedad StreamSA, domiciliada en Panamá y cuya administración estaba a cargo de testaferros hasta su disolución, en mayo de 2021.
El origen de esta nueva investigación suiza es una transferencia de algo más de 150.000 euros, llevada a cabo en 2008 con destino a StreamSA, pero que habría sido desviado a Andorra bajo la autoridad de un testaferro, Arturo Fasana. De esta forma se habría intentado mantener oculto el destino final de los fondos y mantener el anonimato de Juan Carlos I.
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