El Ministerio de Sanidad acaba de informar a los medios de la convocatoria esta mañana de una rueda de prensa de Salvador Illa en la que se informará de novedades sobre la vacuna de COVID-19.
Actualmente hay varias vías de investigación que aspiran a ser la primera en fabricar en masa una vacuna segura que otorgue de inmunidad o anticuerpos a las personas a las que se suministre.
Por un lado está la vía británica, en la que AstraZeneca, en colaboración con la Universidad de Oxford, se encuentra ya en una fase avanzada del ensayo clínico en fase de testing en voluntarios. Esta vacuna se espera esté lista para invierno y sus blisters serán fabricados en España. El laboratorio tiene un acuerdo con la UE para suministrar 100 millones de dosis.
Por otro lado tenemos la vía norteamericana, en la que el laboratorio de Moderna y la Administración pública norteamericana se encuentran inmersos en una carrera contrarreloj para convertirse en los primeros en producir masivamente una vacuna efectiva. En este caso ha superado las dos primeras fases de investigación y actualmente se encuentra finalizando la tercera, tras ser probada en 30.000 voluntarios que no han presentado efectos secundarios graves. Se espera esté lista para otoño.
La tercera ‘pata’ es la China, liderada por el laboratorio privado Sinopharm (con aporte de fondos público), ya ha superado las dos primeras fases con éxito y está en estos momentos en pruebas en voluntarios en la fase 3, en el golfo pérsico. Esta vacuna, con aspiración a ser inoculada en miles de millones de ciudadanos chinos en los próximos meses, “ataca” al virus inyectando células virales ya desactivadas en los organismos, para generar respuesta inmune. Está prevista para finales de año.
La cuarta opción es la rusa. Es, a día de hoy, la más cuestionada por la opacidad del desarrollo y la ausencia de documentación pública que sustente, científicamente, la efectividad de la misma. La apuesta de Putin es llegar el primero a la producción masiva y para ello ha probado el suero en cientos de miles de militares, con ‘resultados satisfactorios’. En unas semanas comenzará la vacunación masiva de la población, y para demostrar su seguridad la propia hija del líder se ha ofrecido voluntaria para ser inoculada.
La quinta es la vía cubana. La isla caribeña, uno de los lugares del mundo con mayor calidad del sistema sanitario, está inmersa en la creación de una vacuna para desactivar el virus que apunta a que podría ser una de las primeras documentadas en comprobar su efectividad. No hay aún fecha prevista para su lanzamiento, pero las autoridades de la isla confían en dar un golpe sobre la mesa de la política internacional con este desarrollo enfocado, sobre todo, a ayudar a países con menos recursos como los africanos.
Además de todas estas opciones, hay otros proyectos en EEUU, China, India y otras naciones que investigan cómo podría lograrse desactivar la letalidad del COVID y evitar sus patologías asociadas como la neumonía bilateral. En esta ‘guerra fría’, por suerte, ganaremos todos.
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