¿Sabías que una persona media pasa unas seis horas al día viendo la tele o contenidos en streaming? Es una estadística asombrosa que dice mucho de nuestra afición por el binge-watching, que no es menor que la de MrBet. Pero, ¿te has preguntado alguna vez qué pasa por nuestras mentes cuando nos embarcamos en esas épicas maratones de Netflix?
¿Y si pudiéramos aprovechar los mismos elementos que hacen que el binge-watching sea tan atractivo y aplicarlos al mundo real? En este artículo, vamos a profundizar en la psicología de los atracones y explorar cómo su comprensión puede revolucionar tu enfoque de muchas cosas cruciales.
¿Cuál es el problema?
El “binge-watching” puede ser una forma estupenda de relajarnos y desestresarnos, pero puede convertirse fácilmente en un problema cuando le damos prioridad sobre otras actividades importantes.
Al igual que otras adicciones conductuales, los atracones activan la parte del cerebro responsable de las funciones de “recompensa”, produciendo dopamina y haciéndonos sentir bien.
Con el tiempo, sin embargo, nuestro cerebro produce menos dopamina con el mismo nivel de actividad, a medida que vamos adquiriendo un nivel de tolerancia. Cada vez necesitamos más de la misma actividad para sentir la misma sensación de placer, por lo que es mucho más difícil dejar de ver programas de televisión.
Cuando nos vemos obligados a dejar de verlas (normalmente cuando terminamos toda la serie), literalmente “lloramos” la pérdida, una especie de “malestar post-binge”.
El tiempo que pasamos absortos en las vidas de los personajes ficticios de una serie alimenta nuestra tendencia a los atracones. Nuestro cerebro codifica todas las experiencias, ya sean televisivas, vividas, leídas en un libro o imaginadas, las codifica como recuerdos “reales”.
Por eso, cuando vemos un programa de televisión, las zonas del cerebro que se activan son las mismas que cuando vivimos un acontecimiento en directo. Nos metemos en la trama, nos encariñamos con los personajes y nos preocupamos por el desenlace de los conflictos.
Los distintos tipos de implicación con los personajes contribuyen a la conexión que desarrollamos con ellos y, como resultado, aumentan nuestra propensión a ver una temporada entera.
La “identificación” se produce cuando vemos en un personaje de una serie a alguien en el que nos vemos reflejados. Por ejemplo, “Familia moderna” ofrece identificación al individuo que es padre adoptivo, marido gay, padre de una pareja gay, hija de un padre que se casa con una mujer mucho más joven, etc. La serie es tan popular por sus múltiples vías de identificación.
Lo que puedes hacer
¿Quieres dejar de ver series compulsivamente? Aquí tienes algunos consejos para abandonar tu tableta o mando a distancia:
- Saborea tus series – Cuanto más rápido consumas una serie, menos la recordarás y menos la disfrutarás. Se acaba demasiado rápido y te quedas con ganas de más. Así que reparte tus series favoritas en un periodo de tiempo más largo.
- Gánate tu tiempo de tele – Antes de ver un programa, haz algo de ejercicio o tómate un descanso entre los diferentes programas. Da un paseo o haz footing, aunque solo sean diez minutos. Haz algo cada día o varias veces a la semana para ganar tiempo con tu mando.
- Desactiva la reproducción automática en tus servicios de streaming – Muchos servicios de streaming como Hulu y Netflix reproducen automáticamente el siguiente episodio de una serie inmediatamente después de que termine el anterior. Al desactivar la función de reproducción automática en la configuración, tendrás un descanso natural y te verás obligado a decidir activamente si quieres seguir viendo la serie.
- Organiza una fiesta – Las fiestas de visionado son muy divertidas y todos los servicios de streaming importantes ofrecen la posibilidad de organizarlas. Así que aprovéchate y organiza una fiesta con amigos o familiares. ¿Qué mejor manera de seguir el ritmo de una serie que respetando varios horarios?
Al fin y al cabo, no todo el mundo puede pasarse ocho horas seguidas (o más con algunas series) viéndolas, así que estarás obligado a repartir el tiempo de consumo de la serie. De ese modo, será algo que esperar cada vez que os reunáis y una forma de evitar forzar la vista.
No existe un tratamiento formal para el binge-watching. Algunos creen que el visionado excesivo representa una adicción sin sustancia, en la misma línea que las adicciones a la comida o al juego.
Para tratar estas adicciones, primero hay que reconocer los propios patrones. Si uno no puede detener estos comportamientos adictivos, se recomiendan medicamentos como los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina y la terapia conversacional.
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