Casi medio millón de gallegos en el extranjero podrán votar el próximo 18 de febrero, un factor que podría inclinar la balanza electoral.
376.514 ciudadanos con raíces gallegas, pero residenciados fuera de España, están convocados a participar en las próximas elecciones autonómicas del 18 de febrero. Esta cifra, que representa el 17,7% del total del censo electoral de Galicia, destaca por ser la más alta jamás registrada en esta comunidad autónoma. El voto de esta considerable población podría ser determinante en unos comicios cuyos resultados se prevén ajustados.
En el peculiar municipio de Avión, más de la mitad de los electores viven fuera del país, reflejando una tendencia que se repite en otros 14 municipios gallegos. Galicia se distingue por tener la comunidad diaspórica más numerosa de España, resultado de una historia de emigración hacia Europa y América durante el siglo pasado. Este año, con la entrada en vigor de la Ley de Memoria Democrática, un mayor número de descendientes de gallegos ha obtenido la nacionalidad española, aumentando significativamente el censo de votantes en el extranjero.
Argentina encabeza la lista de países con mayor número de gallegos censados, seguido por Cuba, Brasil y Suiza. Este fenómeno no es nuevo; el voto de la diáspora ya ha jugado roles cruciales en anteriores elecciones, inclinando la balanza en momentos clave y llegando a alterar los resultados de la gobernabilidad de la Xunta de Galicia.
El Partido Popular, que ha mantenido un dominio casi ininterrumpido en Galicia desde 1981, ve cómo el voto CERA (Censo Electoral de Residentes Ausentes) emerge una vez más como un factor que podría comprometer su continuidad en el poder. Las encuestas sugieren un escenario electoral reñido, con el líder popular, Alfonso Rueda, enfrentando el riesgo de perder la mayoría absoluta que su partido ha sostenido desde 2009.
La abolición del voto rogado para estas elecciones facilita significativamente la participación de los electores en el extranjero, eliminando barreras burocráticas que anteriormente habían mermado la participación. Este cambio normativo, junto con el incremento del censo CERA, plantea un panorama electoral donde el voto de los gallegos residentes fuera de España adquiere una relevancia sin precedentes.
Las pasadas elecciones generales ya mostraron un aumento en la participación del voto exterior tras la eliminación del voto rogado, y todo apunta a que este 18 de febrero, la diáspora gallega podría ser decisiva en definir el futuro político de Galicia. Con los resultados tan ajustados, el voto de casi medio millón de gallegos en el extranjero no solo es simbólico de una Galicia global, sino que también podría ser el fiel de la balanza en estas cruciales elecciones autonómicas.
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