La productividad crece en España tras la pandemia, pero sigue por debajo de la UE, según Fundación BBVA

La productividad total de los factores (PTF) en España ha crecido ligeramente tras la pandemia, un 2,71% y un 1,05% en 2022 y 2023, respectivamente, pero sigue por debajo de la Unión Europea y su evolución presenta diferencias sectoriales y entre empresas.

Así se desprende del segundo informe del ‘Observatorio de Productividad y Competitividad en España’, publicado este martes por la Fundación BBVA y el Ivie, en el que se advierte de que a pesar de las mejoras conseguidas en los últimos dos años, España no ha conseguido converger a los niveles de productividad y competitividad de las principales economías europeas, como Países Bajos, Alemania, Suecia, Francia o Finlandia.

El estudio refleja que este déficit de productividad agregada esconde importantes diferencias sectoriales y entre empresas. Las empresas rezagadas, que representan el 40% con menores niveles de productividad, lastran la productividad agregada. Si estas empresas consiguieran elevar su eficiencia hasta el valor mediano de su sector, la productividad de la economía española aumentaría un 4,9%.

Los sectores con mayor peso en el PIB no siempre son más productivos

Entre los sectores con mayor peso en la economía, solo comercio y reparación, actividades profesionales y científicas y administración pública contribuyen positivamente a la productividad, mientras que actividades inmobiliarias y sanidad y servicios sociales frenan su crecimiento.

El informe también destaca la existencia de empresas zombis, que representan el 15% del 10% menos productivo, concentran el 21,5% del empleo de ese grupo y permanecen activas pese a ser económicamente inviables.

Recomendaciones para mejorar la productividad

El informe propone reducir barreras administrativas, regulatorias y financieras, y fomentar políticas que permitan el crecimiento de empresas con potencial y la salida de las que no tienen futuro. Destacan:

• Ampliar el número de empresas exportadoras regulares.
• Impulsar la formación y la inversión en activos intangibles.
• Aumentar la digitalización y fomentar la colaboración con empresas líderes.
• Promover la difusión de buenas prácticas en el tejido productivo.

Los sectores más digitalizados muestran menores distancias a la frontera de productividad, mientras que los sectores menos digitalizados tienen potenciales de mejora del 5,6%.