Francia celebra este domingo la segunda vuelta de sus elecciones regionales y municipales, la última votación antes de los comicios presidenciales tras una primera vuelta marcada por una abstención histórica (66,7%) que el Gobierno no quiere ver repetida de nuevo.
El primer ministro francés, hizo a principios de semana un llamamiento al voto al entender que una victoria de la abstención es una “pérdida para la democracia”.
“Hago un llamamiento solemne a los ciudadanos: A todos ustedes, ¡votad el próximo domingo!”, aseveró el lunes después de que trascendiera que se ha registrado más de un 68 por ciento de abstención en la jornada electoral, que supuso un revés para el presidente, Emmanuel Macron, y su partido La República en Marcha (LREM).
La formación, que se hizo con tan solo un 10 por ciento de los apoyos a nivel nacional, no estará así presente en todas las regiones, según los resultados que han acabado favoreciendo a los partidos de izquierda, seguidos de los conservadores, mientras que la Agrupación Nacional de Marine Le Pen se quedó muy lejos de la esperada victoria –8 puntos por debajo de los resultados de las elecciones de 2015–. Socialistas y ecologistas hicieron con un 35 por ciento de los votos en términos generales.
Marine Le Pen reconoció el pasado domingo que sus votantes “no se habían movido” y pidió “un nuevo comienzo” para la segunda vuelta. Asimismo, pidió a sus votantes que “no se dejen influir por los resultados de la primera vuelta y movilicen sus esfuerzos para conseguir las victorias que Francia necesita”.
La votación sirve además de ensayo general de cara a las presidenciales del próximo año. La campaña electoral ha supuesto una plataforma de lanzamiento para la derecha y una prueba de la capacidad de unión para la izquierda gala, si bien Agrupación Nacional debía defender su credibilidad.
Sin embargo, la abstención está lejos del 50,09 por ciento registrado durante las elecciones de 2015 o del 53,67 de 2010. De confirmarse la alta abstención, esta cifra solo será comparable a la del referéndum de 2000 para la reducción del mandato presidencial a cinco años, cuando se alcanzó el 69,81 por ciento de abstención.
Para las elecciones regionales existe un sistema de listas que solo exime de la segunda ronda en caso de que algún partido obtenga más de la mitad de los votos. En caso negativo, el 27 de junio se enfrentarían las listas que hayan obtenido más del 10 por ciento de los sufragios, si bien se autorizan fusiones que pueden recalibrar el peso de las distintas candidaturas.
Para el ‘número dos’ de Agrupación Nacional, Jordan Bordella, también lamentó la baja participación en los comicios. “Cuando dos tercios de los franceses no vienen es que no se ha sido suficientemente claro”, ha dicho antes de expresar que el “fracaso electoral concierne a todas las fuerzas políticas”.
“Tenemos derecho a estar enojados, tenemos derecho a quejarnos, pero no cambiaremos la política en nuestro país sin reemplazar las políticas que están en el poder“, ha afirmado Bardella, que se encuentra a la cabeza en Isla de Francia.
Por su parte, Stanislas Guérini, secretario general del partido de Macron, propuso hacer uso del voto por Internet para suplir la baja participación. “Este es un hecho político importante, una llamada de atención a la democracia”, ha aseverado.
Para luchar contra este “flagelo”, ha manifestado, es necesario “hacer uso de todos los medios” posibles. A pesar de ello, el secretario general ha reconocido que no existe una “varita mágica” que lleve a la población a votar.
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