Los restos mortales de José Antonio Primo de Rivera ya han llegado al Cementerio de San Isidro, el lugar elegido por su familia. Los restos han salido este lunes del Valle de los Caídos aproximadamente a las 12.50 horas de la mañana, donde permanecían desde el año 1959, rumbo al cementerio de San Isidro, en Madrid, después de un acuerdo entre los familiares y el Gobierno.
Un pequeño grupo de falangistas esperaban a la salida del Valle, recibiendo con gritos de ¡Viva España! y José Antonio ¡Presente!, cuando los coches fúnebres con sus restos abandonaron el recinto en dirección a Madrid.
Los trabajos de exhumación se han producido desde primera hora de este lunes, con la presencia de familiares y miembros de Patrimonio Nacional y sin representantes del Gobierno. Al menos dos vehículos fúnebres han accedido al recinto minutos antes de las ocho de la mañana para trasladar los restos
El trasiego de vehículos ha sido continuo desde primera hora en la puerta de acceso al recinto, que está custodiada por agentes de la Guardia Civil y donde se encuentran más de una treintena de periodistas. Dos manifestantes han acudido a la entrada y los agentes les han pedido que se retiren, sin que se produjeran incidentes.
Después ha sido trasladado al cementerio sacramental de San Isidro, donde reposan los restos mortales de varios familiares del político, como su hermano Miguel Primo de Rivera y Sáenz de Heredia, que fue ministro con Franco; su hermana Pilar Primo de Rivera, fundadora de la Sección Femenina de Falange o su tío Fernando Primo de Rivera y Orbaneja, hermano del dictador que murió en Marruecos durante la Guerra del Rif.
El dictador Miguel Primo de Rivera y Orbaneja, padre de José Antonio, también estuvo enterrado en el recinto ubicado en el distrito madrileño de Carabanchel, pero sus restos fueron trasladados a Jerez en 1947.
EN CUMPLIMIENTO DE LA LEY DE MEMORIA
La exhumación del fundador de Falange se ha producido este lunes en cumplimiento de la Ley de Memoria Democrática, que prohibe que dirigentes del golpe de Estado de 1936, la Guerra Civil y el franquismo permanezcan inhumados “en un lugar preeminente de acceso público, que pueda favorecer la realización de actos públicos de exaltación”, según indica el texto aprobado el pasado mes de octubre.
Hasta este lunes, su tumba se encontraba frente al altar mayor de la basílica del Valle, junto al lugar donde estaba la del dictador Francisco Franco, hasta que fue exhumado en octubre de 2019 y trasladado al cementerio de Mingorrubio en El Pardo.
Según la ley de Memoria, Primo de Rivera podía continuar inhumado en el Valle, como víctima de la guerra –fue fusilado por el bando republicano en noviembre de 1936 en Alicante– pero no en un lugar preeminente. En todo caso, su familia trasladó la petición de sacar sus restos para así dar cumplimiento al deseo que el político dejó escrito en su testamento, que sus restos descansaran en un lugar católico.
PANCARTAS DE HOMENAJE
“Deseo ser enterrado conforme al rito de la religión Católica, Apostólica, Romana, que profeso, en tierra bendita y bajo el amparo de la Santa Cruz”, señala una de las cláusulas, según recogía el comunicado emitido por la familia el pasado mes de octubre. Con la entrada en vigor de la norma, el Valle de los Caídos pasó a llamarse Cuelgamuros y se convirtió en un cementerio civil.
Este mismo lunes se cumplen 120 años del nacimiento de Primo de Rivera, el 24 de abril de 1903, y grupos falangistas han criticado que el Gobierno haya hecho coincidir esta fecha con la reubicación de sus restos. Está previsto que este mediodía se concentren miembros de estos partido en el cementerio de San Isidro, en el distrito madrileño de Carabanchel, para realizar un homenaje.
Esta mañana han aparecido varias pancartas en puentes de Madrid en recuerdo del aniversario y protestando por la “profanación” de su tumba, según trasladan desde el movimiento falangista.
QUINTO ENTIERRO DE JOSÉ ANTONIO
Este será el quinto entierro del fundador de Falange, que fue fusilado en la cárcel de Alicante en 1936 y enterrado en una fosa común. Dos años después sus restos mortales se colocaron en un nicho, en el mismo lugar. Una vez finalizada la guerra civil, en 1939, fue exhumado de nuevo y llevado desde Alicante hasta El Escorial.
Su ataúd fue acarreado a pie por falangistas durante 10 días, pasó por Aranjuez, recorrió la Gran Vía de Madrid y entró en el monasterio de El Escorial el 30 de noviembre de 1939. Allí fue recibido por Franco y enterrado junto al altar mayor de la basílica.
Años después, en noviembre de 1959, cambió otra vez de ubicación, el día antes de que se inaugurase el Valle de los Caídos, y quedó enterrado en un lugar de honor en la basílica de Cuelgamuros.
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