Las elecciones en Moldavia de hoy se presentan como uno de los eventos más trascendentales en la historia reciente del país, marcado por una intensa disputa geopolítica y por las profundas divisiones internas entre las fuerzas proeuropeas y prorrusas. Los últimos sondeos muestran una competencia feroz y posibles cambios en el mapa político moldavo, con implicaciones directas para la estabilidad de la región y el rumbo estratégico de la república.
Contexto geopolítico y ambiente electoral
Moldavia, nación situada entre Rumanía y Ucrania, ha sido tradicionalmente un campo de batalla entre la influencia rusa y los intentos de integración europea. El actual gobierno, liderado por la formación liberal proeuropea PAS, ha impulsado reformas y buscado acelerar la aproximación a la Unión Europea. Sin embargo, las críticas por el manejo de la economía, la corrupción persistente y la presión de sectores prorrusos han agitado el escenario político.
Además, la exclusión de la plataforma política “Heart of Moldova” por decisión de la Comisión Electoral Central añade una capa de tensión y acusa al proceso de cierta parcialidad, lo que podría alimentar la narrativa de polarización que impera en el debate público del país.
Los datos de los últimos sondeos
De acuerdo a las encuestas publicadas en septiembre, se ha revelado un panorama de notable fragmentación y fuertes fluctuaciones en las expectativas electorales:
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CBS Research (12–22 de septiembre):
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PAS (proeuropeo): 49.5%
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BCS (bloque prorruso): 24.0%
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Alternative (incluye formaciones como MAN, PDCM, CC): 7.3%
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PN: 8.8%
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DA: 3.12%
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iData (7–19 de septiembre):
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PAS: 33.6%
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BCS: 33.9%
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Alternative: 9.8%
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PN: 7.4%
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DA: 3.1%
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Estos resultados indican que el PAS parte como favorito, especialmente según CBS Research, que le atribuye casi la mitad del electorado. Sin embargo, el sondeo de iData presenta una competencia mucho más ajustada, con un virtual empate entre PAS y el bloque BCS, que reúne a las principales formaciones prorrusas (entre ellas PSRM y PCRM). Los partidos alternativos y de nueva creación, como MAN y PDCM, superan el umbral de representación pero por márgenes limitados, reflejando la fragmentación política del espectro moldavo.
Implicaciones para Europa y la región
El resultado de estos comicios determinará el futuro inmediato de Moldavia: un triunfo claro del PAS fortalecería la senda hacia la UE y el atlantismo, mientras que el avance prorruso consolidaría la posición de Moscú en uno de los últimos estados bisagra en el este europeo. La tensión es aún mayor considerando el contexto internacional, con la guerra en Ucrania como telón de fondo y la polarización social que cruza toda la región.
Todo parece indicar que, incluso en el caso de una victoria clara del PAS, la gobernabilidad podría verse amenazada si el bloque prorruso logra frenar las reformas desde el Parlamento o capitaliza el descontento ante las dificultades económicas. La estrecha relación de Moldavia con Rumanía y las expectativas de la diáspora moldava en Europa Occidental serán también factores decisivos en la conformación del próximo gobierno.
Dada la volatilidad de la opinión pública, no se descartan sorpresas en el reparto final de escaños ni la emergencia de nuevas alianzas parlamentarias, en un país cuya historia política está marcada por frecuentes cambios y giros inesperados.
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