La intención de incorporar a Albert Rivera como ‘número dos’ por Madrid de cara a las próximas elecciones generales por el PP está cerca de materializarse.
«Albert Rivera tiene mucho más valor político hoy que cuando dirigía Ciudadanos». En la sede popular de la calle de Génova, 13, hace varios meses que circula la idea de que incorporar al ex político catalán que pondría punto y final al principal proyecto que ha buscado Pablo Casado desde que se hizo con la dirección del Partido Popular: volver a unir a una derecha fragmentada. La relación entre la dirección popular y rivera es «muy buena», pero su fichaje, además de ser una operación complicada, no se prevé ni en el corto ni en el medio plazo, según dicen fuentes del entorno de las dos partes interesadas.
Pero eso no quita que Albert Rivera tenga un papel diferente dentro del PP. Él y Pablo Casado han estrechado lazos durante meses, y los contactos con el presidente de los populares han sido asiduos en el último año.
Tal y como informó El Independiente, rivera fue el que facilitó el fichaje de Toni Cantó por el PP para dar la batalla en las elecciones madrileñas, informando a Casado de la inminente salida del actor de las filas de Ciudadanos antes de que el propio Cantó lo confirmase a las puertas de la sede naranja tan sólo unos días después de que Díaz Ayuso pulsase el botón de adelanto electoral.
Fuentes autorizadas de los populares confirman que Albert Rivera se ha convertido en ‘asesor’ de Pablo Casado, al que escucha, consulta y atiende. Y atribuyen al político catalán la dura línea discursiva que ha marcado el jefe de la oposición en las últimas semanas contra el Gobierno, coincidiendo con la «traición» de la aprobación de los indultos, una cuestión que toca también muy de cerca al propio Rivera.
Un ejemplo de la influencia de Rivera se produjo hace semanas, cuando la cúpula del PP estaba convencida de renovar el Poder Judicial y el resto de órganos constitucionales, decisión que culminó tras una reunión privada entre el jefe de la oposición y el presidente del Tribunal Supremo, Carlos Lesmes. Pero la tesis de ruptura total con Moncloa imperó, y el bloqueo perduró. Ahora la línea, con la contribución de Rivera, está clara: «nada» a Pedro Sánchez en lo que resta de legislatura, que consideran «finiquitada».
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