Polonia: Tusk supera moción de confianza

El primer ministro de Polonia, Donald Tusk, ha superado este martes una moción de confianza en el Parlamento, con el objetivo de reafirmar su liderazgo al frente del Gobierno tras la ajustada derrota de su bloque en las elecciones presidenciales del 1 de junio. La votación refuerza temporalmente su posición, pero no disipa las tensiones crecientes en la coalición ni el bloqueo institucional que se avecina con el nuevo presidente Karol Nawrocki.

Reacción a la derrota y necesidad de legitimidad

Tusk decidió someterse voluntariamente a la moción de confianza tras el revés electoral sufrido por Rafał Trzaskowski, candidato de su entorno, que fue derrotado por un estrecho margen por el conservador Nawrocki, apoyado por el partido Ley y Justicia (PiS). La decisión busca evitar la parálisis institucional y mostrar unidad en la coalición gobernante, compuesta por Plataforma Cívica (KO), Polonia 2050, el Partido Campesino (PSL) y Nueva Izquierda.

En su intervención previa a la votación, Tusk defendió la gestión de su Ejecutivo desde su llegada al poder en diciembre de 2023, destacando los avances en seguridad fronteriza, fortalecimiento de alianzas internacionales y estabilización económica. Asimismo, cargó contra el uso “politizado” de los vetos anunciados por el nuevo presidente, quien ha advertido de que bloqueará reformas en justicia, derechos civiles y medios públicos.

La moción fue aprobada con 243 votos a favor y 210 en contra, en una cámara de 460 escaños. Aunque la mayoría obtenida garantiza la continuidad del Gobierno, evidencia también la fragilidad parlamentaria del gabinete y la dependencia de una coalición amplia y, en ocasiones, disonante.

A favor (243):
KO: 157
Polska 2050: 32
PSL: 32
Lewica: 21
⚪ Indep: 1

En Contra (210):
PiS: 182 (❌ 7 ausencias incl. Kaczyński)
⚫ Konfederacja
Razem
®️ Republikanie
⚪ Otros

Tensiones internas y horizonte de bloqueo presidencial

La votación tiene un importante valor simbólico, pero no resuelve los desafíos que afronta el Ejecutivo. En las últimas semanas, varias voces dentro del propio bloque gubernamental —especialmente desde el PSL y Polonia 2050— habían cuestionado el liderazgo de Tusk y reclamaban cambios en la composición del gabinete. El primer ministro ha prometido una remodelación ministerial en julio y un relanzamiento de la agenda legislativa, aunque sus posibilidades reales de éxito se ven limitadas por el entorno institucional.

El presidente Nawrocki, que tomará posesión en las próximas semanas, ha adelantado su intención de ejercer sistemáticamente el veto presidencial frente a las principales reformas sociales del Gobierno, dificultando la aplicación del programa electoral. Esta cohabitación conflictiva podría generar una situación de bloqueo político prolongado.

Por el momento, Tusk ha ganado tiempo. La continuidad de su Ejecutivo dependerá en los próximos meses de su capacidad para gestionar las tensiones internas en la coalición, mantener una mayoría estable en el Parlamento y sortear los obstáculos institucionales que previsiblemente impondrá la presidencia. Si no logra avances tangibles, no se descarta que aumente la presión para una convocatoria anticipada de elecciones legislativas, prevista oficialmente para 2027.