En un mundo inundado de plataformas de trading rápidas y productos con alto margen, es fácil dejarse atraer por contratos apalancados como los CFDs (Contratos por Diferencia). Con promesas de exposición de 10x, poco capital inicial y sin necesidad de poseer el activo, son atractivos para traders novatos que buscan ganancias rápidas.
Pero el dinero inteligente—fondos de pensiones, inversores institucionales y particulares experimentados—casi nunca toca el trading con CFDs apalancados. En su lugar, prefieren el camino más lento pero seguro: la propiedad directa de activos subyacentes como acciones, bonos, bienes raíces o incluso activos digitales. En los mercados complejos y volátiles de 2025, esa decisión no se trata de conservadurismo, sino de control, estructura y crecimiento sostenible.
1. La Propiedad se Alinea con el Valor a Largo Plazo
Cuando compras un activo subyacente, participas en la creación real de su valor. Si compras acciones de una empresa, obtienes dividendos, derechos de voto y apreciación del capital. Si compras una materia prima, tienes un bien tangible o securitizado como reserva de valor.
Los CFDs, en cambio, son contratos derivados. Especulas sobre el movimiento del precio sin tener el activo. No hay dividendos, ni rendimiento, ni derechos sobre la empresa o el activo. Esa diferencia es clave en mercados volátiles, donde el valor a largo plazo depende cada vez más de la solidez fundamental y no solo de la acción del precio.
Activo subyacente ejemplo: si inviertes directamente en acciones de Apple, eres propietario de una parte de la empresa y puedes beneficiarte de sus ganancias futuras. Si operas un CFD sobre Apple, solo especulas sobre el precio, pero nunca posees la acción.
El dinero inteligente prefiere la propiedad, porque se acumula con el tiempo. La riqueza no solo se construye con predicciones correctas, sino con exposición real al rendimiento del activo.
2. El Apalancamiento es un Arma de Doble Filo
El apalancamiento de los CFDs puede multiplicar las ganancias—pero también las pérdidas. Con apalancamiento 1:30 (común en pares de divisas regulados), un movimiento del 3% en contra de tu posición puede borrar casi todo tu margen. Para los profesionales, es una herramienta. Para los minoristas, esta es una oportunidad para aprender a navegar el mercado con sabiduría.
Mientras tanto, ser dueño del activo subyacente significa:
- No hay liquidaciones forzadas por llamadas de margen
- No hay cargos de financiamiento nocturno
- No dependes de controles de riesgo del broker
Según un informe de ESMA de 2024, el 74% de los traders minoristas en CFDs tuvo pérdidas en 12 meses, principalmente por mal manejo del riesgo y mal uso del apalancamiento. Los inversores institucionales, en cambio, priorizan siempre la preservación del capital.
3. La Propiedad de Activos Genera Ingresos, No Solo Especulación
Los CFDs están diseñados para trading a corto plazo: predecir si el precio subirá o bajará. Pero las estrategias de dinero inteligente buscan múltiples fuentes de retorno:
- Dividendos de acciones
- Cupones de bonos
- Rentas de bienes raíces o activos tokenizados
- Recompensas de staking en ecosistemas cripto
Tener el activo significa acceder a esos flujos de ingresos. Los CFDs no ofrecen nada de esto. Están estructuralmente pensados para especulación, no para acumulación de riqueza.
4. No Puedes Cobertura un Derivado con Otro Derivado
Una ventaja clave de poseer activos reales es que puedes cubrirte. ¿Tienes una cartera de acciones internacionales? Puedes usar ETFs, opciones o futuros de divisas. ¿Tienes bienes raíces? Puedes usar coberturas de tipos de interés.
Con CFDs, tu exposición ya es sintética. Hacer otra cobertura sobre un derivado añade una segunda capa de riesgo. Eso es ineficiente.
Los inversores inteligentes buscan exposición limpia a riesgos identificables. Quieren controlar la volatilidad, no acumularla.
5. Los Costos de los CFDs Reducen tu Ventaja
Muchos traders en CFDs no se dan cuenta de cómo los costos reducen su rentabilidad con el tiempo:
- Spreads: los brokers los amplían en momentos de alta volatilidad
- Comisiones de financiamiento: se acumulan al mantener posiciones apalancadas durante la noche
- Slippage: ejecuciones imprecisas en movimientos rápidos
- Cargos ocultos: como comisiones por inactividad o retiros
En contraste, la propiedad de un activo tiene costos claros y generalmente fijos—custodia, comisiones de compra/venta—pero no cargos diarios que erosionen el capital.
Por ejemplo, mantener un CFD de oro con apalancamiento 1:20 durante 90 días puede costarte entre 3–5% del valor de la posición en intereses, incluso antes de contar pérdidas o ganancias.
6. Regulación y Riesgo de Broker
El entorno de CFDs varía mucho según el broker. Algunos ofrecen liquidez de primer nivel y protecciones sólidas; otros operan con supervisión mínima o incluso hacen B-book (operando contra sus clientes).
Mientras que en la UE y Australia la regulación se ha endurecido, muchos brokers offshore siguen ofreciendo apalancamientos peligrosos y poca transparencia. Eso añade riesgo de contraparte—el riesgo de que tu broker sea el eslabón débil.
En cambio, la propiedad de activos a través de bolsas o custodios regulados brinda más seguridad legal y transparencia. Los inversores quieren propiedad real, liquidación final y trazabilidad—no promesas de un broker offshore.
7. La Propiedad Genera Paciencia
Poseer activos tiende a fomentar un pensamiento a largo plazo. Si eres dueño de acciones de Tesla, seguirás sus resultados trimestrales, su estrategia de producto y la evolución de su sector. Esa implicación te da una ventaja informativa con el tiempo.
Los CFDs, en cambio, fomentan conductas hiperactivas de trading, premian el corto plazo y generan fatiga en la toma de decisiones.
En 2025, con titulares de IA, tensiones geopolíticas y cambios tecnológicos rápidos, la disciplina emocional importa más que nunca. La propiedad favorece esa calma. Los derivados, rara vez.
Control, Acumulación y Claridad Ganan
Los CFDs tienen su lugar—como herramientas para cobertura puntual o trading táctico. Pero no son donde el dinero inteligente guarda su capital. La preferencia institucional por la propiedad de activos subyacentes va más allá de la tradición—es una ventaja estructural.
- La propiedad acumula
- El apalancamiento limita
- Los ingresos recurrentes superan a la especulación
- La cobertura es más clara
- Los costos son más transparentes
- Las emociones se reducen
- El riesgo es más visible
Si tu objetivo es construir riqueza sostenible y no solo especular con los precios, fíjate en lo que hace el dinero inteligente—y por qué. En 2025, la respuesta sigue clara: posee más, pide prestado menos, y deja que los activos reales trabajen para ti.

























































































































































































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