Junts ha lanzado su campaña electoral para las elecciones del 12 de mayo con una estrategia centrada en la emotividad del electorado independentista y el simbolismo del posible retorno de Carles Puigdemont. El primer acto de la campaña, celebrado en Argelers, no solo pretendía consolidar esta narrativa, sino también posicionar a Junts como el verdadero adversario del Gobierno central, promoviendo la idea de que son los únicos capaces de “plantar cara” a Madrid.
Este enfoque se ha visto inesperadamente influenciado por los recientes acontecimientos que afectan al presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, quien ha pausado su agenda política hasta el próximo lunes para reflexionar sobre su futuro tras una denuncia que involucra a su esposa. Esta decisión ha eclipsado parcialmente el inicio de la campaña de Junts, aunque también ha proporcionado munición adicional a su narrativa.
El candidato de Junts ha criticado la “españolización” de la campaña catalana y ha reprochado a Sánchez por actuar sorprendido ante los métodos que, según él, emplea la justicia española y la denominada “policía patriótica”. Además, ha señalado lo que considera una maniobra táctica de Sánchez y ha instado al presidente a someterse a una moción de confianza en el Congreso.
Otro aspecto destacado por Junts ha sido el recordatorio del acuerdo entre socialistas y populares en el Ayuntamiento de Barcelona, que resultó en la alcaldía para Jaume Collboni en lugar de Xavier Trias. Esto ha sido presentado como ejemplo de la disposición de estos partidos a formar alianzas pragmáticas, presagiando una posible repetición en el Parlament si las urnas lo permiten.
En su discurso, Puigdemont ha reivindicado sus logros en negociaciones previas con el Gobierno central, especialmente en lo referente a la ley de amnistía, presentando estos éxitos como fruto de su liderazgo y no de su antiguo socio en el gobierno, ERC. Esto se enmarca en un intento por diferenciarse claramente de ERC, evitando confrontaciones directas para no debilitar el llamado a la unidad independentista.
El acto también ha servido de plataforma para presentar a figuras clave de la candidatura y ha sido el escenario del lanzamiento del anuncio de campaña de Junts, que muestra a Puigdemont de una manera más humana y menos centrada en su figura, enfocándose en las necesidades de Cataluña.
Junts ha decidido que los militantes y simpatizantes viajen al sur de Francia para participar en los mítines, en lugar de realizar eventos en diferentes localidades catalanas. Esta campaña “sin pantallas” se propone como una forma de reafirmar la figura de Puigdemont y movilizar al electorado independentista en un gesto de todo o nada para recuperar la presidencia de la Generalitat o, en su defecto, asumir un rol secundario.
Con más de 10,000 inscritos para trasladarse diariamente en autocares adornados con la imagen y los lemas de Puigdemont, Junts espera no solo romper el empate técnico con ERC, sino liderar con claridad el escenario político catalán, marcando un antes y un después en estas elecciones cruciales.
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