Cinco décadas después, la cuestión del Sáhara Occidental sigue sin resolverse. Todos los esfuerzos diplomáticos han fracasado hasta ahora y el proceso se encuentra en un ‘impás’ que ya ha llevado al actual enviado de la ONU, Staffan de Mistura, a advertir de que podría tirar la toalla si no hay avances. En estas circunstancias, la vuelta de Donald Trump a la Casa Blanca ha generado una cierta expectación sobre el papel que pueda desempeñar.
No en vano, su reconocimiento de la marroquinidad del Sáhara en diciembre de 2020 supuso un punto de inflexión cuyos ecos siguen sintiéndose en la actualidad y que dio alas a la diplomacia alauí para seguir sumando apoyos a su causa.
Uno de esos apoyos llegó hace tres años con la carta del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, al rey Mohamed VI, en la que sostenía que el plan de autonomía de Marruecos era “la base más seria, creíble y realista” para solucionar el contencioso.
NEGOCIACIONES ESTANCADAS
Tres años después, el proceso sigue donde estaba, pero Marruecos ha sumado nuevos apoyos, el más relevante, el de Francia, mientras que el Frente Polisario ha visto alejarse aún más su deseo de autodeterminación.
La opción de un referéndum de autodeterminación ha quedado prácticamente descartada, ante el rechazo de Marruecos y la dificultad para determinar quién votaría en esa consulta.
TRUMP, IMPREDECIBLE
“Si antes era complicado hacer predicciones, ahora lo es más con la imprevisibilidad que supone Trump“, afirma Laurence Thieux, profesora de Relaciones Internacionales de la UCM. Además, lamenta el “inmovilismo” y la falta de propuestas de la ONU.
LA PARTICIÓN, ¿LA ÚNICA SOLUCIÓN?
El enviado de la ONU, De Mistura, ha vuelto a plantear la partición del Sáhara Occidental, con la parte norte para Marruecos y la parte sur para el Polisario. Esta propuesta ya fue rechazada en el pasado.
Según Hannah Rae Armstrong, experta en el norte de África, “es la solución correcta y quizá la única”. Argelia podría convencer al Polisario para aceptarla, pero el gran obstáculo es Marruecos, que se siente envalentonado.
EL ACUERDO NEGOCIADO SIGUE SIENDO POSIBLE
El experto Hugh Lovatt cree que “un acuerdo negociado aún es posible”, pero requeriría presión efectiva de EE.UU. y Europa sobre Marruecos y el Polisario para llegar a un compromiso.
Por su parte, Sarah Yerkes y Natalie Triche defienden que un arreglo basado en el plan de autonomía podría beneficiar a los saharauis si se implementa con garantías.
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