El gobierno de coalición rumano, liderado por el primer ministro Ilie Bolojan, se encuentra al borde de una crisis política tras la presentación de una moción de censura por parte del partido ultraderechista y euroescéptico AUR (Alianța pentru Unirea Românilor). La moción, que se debatirá en el Parlamento en los próximos días, responde al reciente paquete fiscal aprobado por el gobierno para reducir el elevado déficit presupuestario del país, que ha desatado una oleada de protestas y críticas tanto de sindicatos como de grupos empresariales.
Un paquete fiscal controvertido
El paquete fiscal, descrito por Bolojan como “necesario pero doloroso”, incluye una serie de medidas destinadas a aumentar los ingresos estatales y reducir el déficit al 6% del PIB para 2026. Entre las medidas destacan:
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Aumento del IVA: La tasa estándar sube del 19% al 21%, las tasas reducidas se unifican al 11%, y los productos energéticos como la leña se gravarán al 9%.
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Impuestos especiales: Incremento aproximado del 10% en tabaco, alcohol y combustible.
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Impuesto sobre dividendos: Elevado del 10% al 16% a partir de enero de 2026.
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Gravámenes al sector bancario: El impuesto sobre el volumen de negocio de los bancos se duplica del 2% al 4%.
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Contribución sanitaria sobre pensiones: Nueva tasa para pensiones superiores a 3.000 lei mensuales.
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Otros impuestos: Aumentos en los gravámenes al juego, posibles nuevos impuestos sobre criptomonedas y monetización en redes sociales.
Estas medidas buscan recaudar aproximadamente 9.500 millones de lei (2.100 millones de euros) en 2025 y 35.000 millones de lei (8.100 millones de euros) en 2026. Sin embargo, han generado un fuerte rechazo social, con protestas masivas en varias ciudades rumanas. Sindicatos y asociaciones empresariales han criticado las subidas fiscales, argumentando que afectarán negativamente el consumo y el crecimiento económico. Bolojan, por su parte, ha advertido que no aprobar estas reformas podría llevar a la inestabilidad financiera y a una posible rebaja de la calificación crediticia de Rumania a categoría de “bono basura”.
La moción de censura y la fragilidad de la coalición
La moción de censura presentada por AUR pone en riesgo la estabilidad del gobierno de coalición, compuesto por cuatro partidos proeuropeos: PNL (Partidul Național Liberal), PSD (Partidul Social Democrat), USR (Uniunea Salvați România) y UDMR (Uniunea Democrată Maghiară din România). Juntos, estos partidos suman un 49,3% de apoyo según las encuestas de INSCOP Research de junio de 2025. Sin embargo, cualquier defección, incluso menor, dentro de la coalición podría inclinar la balanza a favor de la moción.
AUR, que ha experimentado un crecimiento significativo en las encuestas, lidera un bloque antisistema junto a partidos como POT (Partidul Oamenilor Tineri), SOS (S.O.S. România), SENS y otros independientes, que en conjunto alcanzan un 50,9% de apoyo. Este ascenso refleja un creciente descontento con las políticas del gobierno y un auge del discurso populista y antisistema, particularmente entre los sectores más críticos con la integración europea.
El panorama político rumano está cada vez más polarizado. Los partidos tradicionales proeuropeos (PNL, PSD, USR y UDMR) enfrentan un desafío sin precedentes por parte de fuerzas populistas y euroescépticas. AUR, con su retórica nacionalista y ultraconservadora, ha capitalizado el malestar social generado por las medidas fiscales y la percepción de una élite política desconectada. Otros partidos como POT y SOS, aunque menos radicales, también han ganado terreno al presentarse como alternativas al establishment.
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