El lunes se celebraron los caucus de Iowa, los primeros de la carrera demócrata a la Casa Blanca, y el triunfador, ante el desastre reinante, está resultando alguien que no se presentaba a ellos: Donald Trump.
El recuento de los votos y la asignación de delegados, que deberían haber tardado unas horas y estar disponibles el martes por la mañana, se han visto envuelto en graves problemas con la app utilizada para notificar y procesar los datos, retrasos y más retrasos, filtraciones interesadas de resultados, asignaciones erróneas de votos a candidatos que no contaban en algunas secciones (perjudicando, según parece a Warren y Sanders), y vuelcos de última hora, como el que se acaba de producir entre el 96% y el 97% de delegados.
Llegados a la cota del 97% se han dejado de facilitar datos, otra vez, a las 6:20 de la mañana del jueves (hora española, aún media noche en la costa este). La tendencia en ese momento era una subida sorpresiva de Sanders, que estaría alcanzando a Buttigieg.
La web del New York Times, que estaba facilitando datos en tiempo real, y que hasta ese instante otorgaba a Buttigieg una posibilidad de alcanzar la victoria de un 99%, ha pasado repentinamente a una pantalla en blanco, ante el sorprendente cambio experimentado en tan solo un 1% de conteo.
En redes sociales (y en las casas de apuestas) se especula ya abiertamente con la posibilidad de que Sanders pueda acabar ganando las primarias, al menos en cuanto a voto y delegados estatales (en los que está a punto de superar a Buttigieg, que aún domina por 550 a 547).
Porque el asunto final, que es el de cuántos delegados dispondrá cada candidato para la convención demócrata de julio, lleva suspendido más de 40 horas, cuando se anunció que, provisionalmente, se asignaban a Buttigieg 11, otros 11 a Sanders y 5 a Warren, dejando a Biden con un sonoro “rosco”.
Desde entonces, nunca más se supo… y probablemente nada más se sabrá hasta que se anuncien los resultados finales. Y ahí puede saltar otra sorpresa, porque resulta casi completamente imprevisible cómo se asignarán los 41 delegados que Iowa debe enviar.
Mientras tanto, el tiempo apremia. Mañana se celebrará el siguiente debate entre candidatos, previo a las primarias de New Hampshire del día 11. Este debate acapará toda la atención, con una más que previsible tensión entre Sanders y Buttigieg, dada la situación creada. Resultaría inaudito, y un escándalo mayúsculo, que los candidatos se tuvieran que presentar ante las cámaras sin conocer los datos de Iowa.
Mientras tanto, Trump sonríe, ha superado su impeachment como estaba previsto, su candidatura avanza plácidamente y su popularidad se recupera día tras día.
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