El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, llegará este martes por la tarde a la cumbre de la OTAN de La Haya (Países Bajos), que se celebrará en formato exprés y viene marcada por la resistencia de España a asumir el aumento del gasto en defensa hasta el 5% del PIB exigido por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
Aunque en las últimas horas, el secretario general de la Alianza, Mark Rutte, se mostró convencido de que España tendrá que gastar más de lo que dice, en Moncloa se siguen remitiendo al pacto firmado este fin de semana, convencidos de que permite al Ejecutivo seguir su propia senda soberana de inversión militar, al tiempo que aseguran que las declaraciones están pactadas.
Tras presidir el Consejo de Ministros de este martes en Madrid, Sánchez se desplaza a Países Bajos junto al ministro de Exteriores, José Manuel Albares, y la titular de Defensa, Margarita Robles. El primer acto en el que participará, a las 20 horas, es una cena ofrecida por los Reyes, Alejandro y Máxima, para los jefes de Estado y de Gobierno en el Palacio Huis ten Bosch.
El miércoles 25 se llevará a cabo el grueso de la cumbre, con una única sesión de trabajo, en lugar de tres como suele ser habitual, en la que el secretario general, Mark Rutte, ha decidido condensar los asuntos que hay sobre la mesa.
El fundamental y que ha centrado la mayoría de esfuerzos y negociaciones es el compromiso de los Aliados para incrementar el gasto en defensa (3,5%) y seguridad (1,5%) a lo largo de los próximos años. Un objetivo del que España se ha desmarcado, asegurando que cumplirá los requerimientos que exige la OTAN pero sin aumentar el gasto, quedándose en un 2,1% sobre el PIB.
Este domingo, Sánchez anunció con solemnidad que había alcanzado un acuerdo con la OTAN que le otorgaba flexibilidad para seguir su propia senda de gasto: firmaría la declaración final en la que aparece el 5% pero España no estaría obligada a alcanzar ese volumen de gasto y se centraría únicamente en cumplir los objetivos de capacidades fijados por la Alianza.
El lunes, ya desde La Haya, Rutte hizo unas declaraciones en las que dijo estar seguro de que España tendrá que gastar el 3,5% para alcanzar los requerimientos militares que pide la OTAN. “España cree que puede alcanzar esos objetivos con un porcentaje del 2,1%. La OTAN está absolutamente convencida de que España tendrá que gastar un 3,5% para conseguirlo”, indicó.
En Moncloa muestran tranquilidad porque consideran que Rutte no contradice a Sánchez y no revisten novedad respecto a las negociaciones de los últimos días. Reiteran por tanto que España suscribirá la declaración final tal y como se acordó este fin de semana.
En ese sentido, fuentes gubernamentales señalan que la respuesta del secretario general está pactada con España e insisten en que la declaración de líderes ofrece a España flexibilidad para seguir su propio camino soberano para alcanzar los objetivos y emplear los recursos que considere oportunos en términos de PIB.
A juicio de Moncloa, las palabras de Rutte traslucen que solo han acordado los objetivos fijados por la OTAN y que España no se ha comprometido con un porcentaje de gasto determinado, aunque exista una discrepancia sobre cuánto es necesario para llegar a esa meta. El Gobierno reitera que, según los cálculos de las autoridades militares nacionales, basta con el 2,1% d
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