El Salario Mínimo Interprofesional está congelado en 2021, pero, a juzgar por las palabras de algunos representantes del Gobierno, no será por mucho tiempo. Los 950 euros brutos mensuales, en 14 pagas, podrían pasar a la historia en cuestión de un par de meses.
Yolanda Díaz aceptó a regañadientes a principios de año que, dada la situación del país, no era el momento de proceder a una subida, pero prometió que el asunto se volvería a poner encima de la mesa a partir de mayo. En esa pretensión se encontró inicialmente con la oposición de Nadia Calviño y otros ministros del PSOE, que señalaban que, tras las grandes subidas de años anteriores, ahora tocaba esperar y ver cómo evolucionaban los datos: solo una firme recuperación económica y del empleo justificaría volver a las subidas del SMI.
Pasó mayo, y la presión del sector morado del ejecutivo volvió, y, aunque al principio parecía que nada iba a cambiar en el punto de vista de los ministerios económicos y todo se iba a dejar para 2022, pasados un par de meses las cosas sí han cambiado.
El ariete de este cambio es Nadia Calviño, que acaba de poner fecha a la “actualización” de un baremo del que dependen cientos de miles de personas: septiembre de 2021. La ministra afirma que “los datos del segundo trimestre” y de lo que va del tercero, son alentadores, y que, de seguir esta tendencia al volver de las vacaciones, ese será el momento de la subida del SMI.
El principal escollo para alcanzar la subida es que no todos los agentes sociales están de acuerdo. Mientras los sindicatos presionan para que se negocie una subida de importancia, las organizaciones patronales creen que sería un error “poner palos en las ruedas” de la incipiente recuperación elevando los costes laborales.
La pretensión sindical es que se alcancen ya los 14.000 euros brutos anuales (1.000 euros al mes), porque solo así se estará cerca de conseguir llegar al objetivo: un SMI igual al 60% del salario medio. Los empresarios se opondrán con firmeza a esta idea, y pedirán más tiempo y más moderación en las alzas.
Pero nadie cree que la oposición de unos o la ambición de otros puedan impedir la subida, que ya emprendieron hace meses otros países europeos que disponen de este mecanismo. La cuestión, ahora, son los tiempos. Y la hipótesis más probable es que se llegue a algún tipo de elevación “testimonial” en septiembre, compensando así la inflación que está elevándose más de lo esperado en este año, para a continuación “conquistar” la cota simbólica de los 1.000 euros al mes en enero de 2022.
Ese puede ser el resultado final más probable de las subidas del SMI de septiembre de 2021 y enero de 2022. Pero aún presenciaremos muchos “tiras y aflojas” entre los agentes sociales y entre los ministros de los dos partidos del Gobierno, antes de que acabe septiembre de 2021.
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