Este viernes, día de la oración para los musulmanes, se ha consumado el siguiente paso en el afán del presidente turco, Erdogan, para acabar o reducir el laicismo en el país. Por primera vez en 80 años, se ha celebrado la oración en el interior (y en los exteriores) de Santa Sofía, en Estambul.
Desde que Mustafa Kemal Ataturk, el padre de la Turquía occidental moderna, convirtiera al país en uno de los primeros estados laicos de eurasia, la religión pasó a un papel secundario de cara a las instituciones públicas (si bien en el país sigue muy presente, a título individual/particular).
Ataturk separó la Iglesia del Estado, impidiendo que la religión se enseñase en los centros escolares y promulgando leyes para que las bodas oficiales fueran las civiles. Se prohibió la entrada a los edificios públicos con el velo islámico, incluyendo en la Universidad, obligando a quienes quisieran estudiar a que no portasen elementos religiosos en su interior.
Desde hace años, Erdogan ha iniciado el proceso inverso. El líder del partido islamista AKP ha permitido que las funcionarias públicas puedan acudir a trabajar con velo, también el acceso de elementos religiosos en edificios públicos y centros de enseñanza y ahora ha convertido Santa Sofía de nuevo en un templo religioso musulmán: una mezquita.
Tu opinión
Existen unas normas para comentar que si no se cumplen conllevan la expulsión inmediata y permanente de la web.
EM no se responsabiliza de las opiniones de sus usuarios.
¿Quieres apoyarnos? Hazte Patrón y consigue acceso exclusivo a los paneles.