Las elecciones locales celebradas hoy en el Reino Unido han dejado cifras que, proyectadas a unas elecciones generales, muestran un vuelco drástico en el panorama político británico. Según una estimación de BBC basada en los datos de esta jornada y proyectada a escaños por Electo_Manía, el emergente partido Reform UK encabezaría el voto popular con un 30% de los sufragios, obteniendo potencialmente 376 escaños en la Cámara de los Comunes.
Una revolución electoral: Reform UK se dispara
La gran sorpresa de la jornada ha sido sin duda el ascenso meteórico del partido de Nigel Farage, Reform UK, que capitaliza el descontento conservador y avanza como primera fuerza nacional en esta simulación. Su crecimiento, que lo llevaría a convertirse en la primera fuerza del Parlamento británico con mayoría absoluta, se produce a costa principalmente del desplome tory.
Hundimiento conservador y estancamiento laborista
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El Partido Conservador, en el poder desde 2010, sufriría una debacle histórica al quedarse con solo 15% de los votos y apenas 12 escaños, en un escenario que recuerda al derrumbe del PASOK griego o de los republicanos franceses.
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El Labour Party, que hasta hace semanas lideraba todas las encuestas, quedaría segundo con un 20% y 113 escaños, en lo que supondría un resultado decepcionante para Keir Starmer.
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Los Liberal Demócratas (Lib Dems), por su parte, recogerían parte del voto centrista con un 17% y 71 asientos, consolidándose como tercera fuerza.
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Finalmente, los Verdes obtendrían 11% del voto y 5 escaños, un resultado notable para una formación históricamente marginal en Westminster.
Claves del giro electoral
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Desafección tory: La gestión económica, la inmigración y los escándalos internos han erosionado al partido de Rishi Sunak.
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Estancamiento Labour: Pese a liderar durante meses, los laboristas no logran capitalizar el descontento.
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Efecto Reform: Su mensaje simple, directo y antiestablishment encuentra eco en el votante descontento.
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Fragmentación del centro: Lib Dems y Verdes aumentan su peso pero no logran disputar el liderazgo.
Conclusión
Si esta tendencia se mantuviera, el Reino Unido podría estar ante un terremoto político de primer orden: un partido fundado en 2018 ocuparía Downing Street, desplazando a los partidos tradicionales que han dominado la política británica durante un siglo. Aún queda camino hasta las próximas elecciones generales, pero el mensaje de hoy es claro: los británicos quieren cambio, y lo quieren ya.
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