Venezuela ha consumado la amenaza y ha revocado las concesiones de vuelo a Iberia, TAP, Avianca, Latam, Turkish Airlines y Gol, después de que estas compañías suspendieran sus rutas con el país en plena escalada militar en el Caribe. La decisión profundiza el aislamiento internacional de Venezuela y se inserta en un pulso político con Estados Unidos y los países europeos y latinoamericanos afectados.
El detonante: la escalada militar y la alerta de seguridad
Las aerolíneas comenzaron a cancelar sus vuelos a Caracas tras una advertencia de la Autoridad Federal de Aviación (FAA) de Estados Unidos, que alertó sobre un “posible riesgo” al sobrevolar el espacio aéreo venezolano debido a un despliegue militar sin precedentes en el Caribe, que incluye la presencia del portaaviones estadounidense Gerald Ford. A la alerta de Washington se sumaron recomendaciones de otros reguladores, como la Agencia Estatal de Seguridad Aérea de España, que aconsejó no operar en el espacio aéreo venezolano al menos hasta principios de diciembre.
En este contexto, Iberia, TAP, Avianca, Latam, Turkish Airlines y Gol, entre otras, suspendieron de forma temporal sus operaciones con Venezuela, en muchos casos presentándolas como decisiones estrictamente técnicas ligadas a la seguridad de pasajeros, tripulaciones y aeronaves. La cascada de cancelaciones se acumuló en cuestión de días, afectando también a compañías como Air Europa, Plus Ultra, Laser y Estelar, que redujeron o detuvieron sus vuelos hacia Caracas.
La respuesta de Maduro: ultimátum y revocación
Lejos de asumir el argumento de seguridad, el Gobierno de Nicolás Maduro interpretó las suspensiones como un gesto político alineado con Washington y elevó el tono contra las aerolíneas. El Instituto Nacional de Aeronáutica Civil (INAC) y el Ministerio de Transporte dieron a las compañías un plazo de 48 horas para reanudar sus vuelos, bajo la amenaza de retirar sus derechos de tráfico en el país.
Vencido el ultimátum sin que se reactivaran las rutas, Caracas anunció la revocación de las concesiones a Iberia, TAP, Avianca, Latam, Turkish Airlines y Gol, acusándolas de “sumarse a acciones de terrorismo de Estado promovidas por Estados Unidos” y de cancelar unilateralmente sus operaciones. La medida implica que estas compañías pierden oficialmente sus permisos para operar vuelos hacia y desde Venezuela, al menos mientras no se produzca una eventual marcha atrás o una renegociación política.
Impacto inmediato: aislamiento y viajeros atrapados
La retirada de estas seis aerolíneas recorta drásticamente la conectividad de Venezuela con Europa y con polos regionales clave de Latinoamérica como Bogotá, São Paulo y Estambul. Según datos de autoridades y asociaciones del sector, ya se contabilizan decenas de vuelos cancelados y miles de pasajeros afectados, en particular en las rutas entre Caracas y España, Colombia y Brasil.
Aunque algunas compañías, como Copa y ciertas aerolíneas nacionales, siguen operando, el mapa de conexiones se estrecha y obliga a muchos viajeros a recurrir a rutas más largas y costosas, con escalas alternativas fuera del espacio aéreo venezolano. La presión recae también sobre aerolíneas venezolanas que operan en código compartido con empresas europeas, algunas de las cuales han tenido que suspender vuelos por la ruptura de esa cadena operativa.

























































































































































































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