El Real Madrid inicia una nueva era bajo el mando de Xabi Alonso, un técnico que llega cargado de ilusión y con un proyecto claro: devolver al equipo a lo más alto del fútbol mundial. Tras un primer partido irregular en el Mundial de Clubes (1-1 ante el Al Hilal), las sensaciones son de optimismo, pero también de realismo. Alonso ha heredado un vestuario lleno de estrellas y la presión de un club que exige títulos. ¿Será capaz de convertir este Madrid en un equipo campeón?
Un estilo definido: posesión, presión y juego asociativo
Xabi Alonso no ha llegado para improvisar. Desde su primer día, ha dejado claro que quiere un equipo dominante, con posesión de balón, presión alta y circulación rápida. «Superar líneas y mover el balón con agresividad» es su consigna. No obstante, el empate ante el Al Hilal, que rompió cualquier previsión de casa de apuestas, demostró que el proceso requiere tiempo. El propio Alonso admitió que la primera parte fue pobre en intensidad y fluidez, pero destacó la mejora en el segundo tiempo.
Su modelo recuerda al mejor Bayern Múnich o Leverkusen, equipos donde Alonso demostró su capacidad para fusionar orden táctico con creatividad. En el Madrid, jugadores como Bellingham, Vinícius y Valverde encajan perfectamente en su idea, pero falta afinamiento colectivo. Si logra imponer su sello, este Madrid podría ser imparable.
El vestuario: liderazgo cercano y la clave Vinícius-Bellingham
Uno de los mayores retos de Alonso será gestionar un vestuario lleno de egos y maximizar el rendimiento de sus figuras. Hasta ahora, ha mostrado un perfil cercano, pero exigente. Jugadores como Tchouaméni ya han elogiado su manera de comunicar y su enfoque táctico.
El gran dilema es cómo aprovechar al máximo a Vinícius y Bellingham. Alonso ha asegurado que ambos son claves y que buscará la manera de que brillen sin romper el equilibrio del equipo. Si logra que estos dos talentos funcionen en armonía con el resto del bloque, el Madrid tendrá un ataque letal.
La evolución táctica del equipo
La llegada de Alonso promete cambios importantes en el esquema táctico del equipo. Durante su etapa en Leverkusen, el técnico vasco demostró una notable versatilidad, alternando entre diferentes sistemas con gran efectividad. En el Madrid, se espera que implemente principalmente un 4-3-3, aunque con matices respecto a lo visto en etapas anteriores.
En defensa, Alonso exigirá a sus laterales una mayor participación en la construcción del juego, convirtiéndolos en auténticos carrileros que den amplitud al juego ofensivo. El mediocampo probablemente se articulará alrededor de un doble pivote que permita a jugadores como Bellingham explotar todo su potencial ofensivo. En ataque, se espera mayor movilidad entre los delanteros, con permiso para intercambiar posiciones y aprovechar al máximo sus características individuales.
El legado y el contexto actual
El Madrid que recibe Alonso es un equipo en transición, que ha sabido rejuvenecer su plantilla sin perder su esencia competitiva. Figuras como Vinícius Jr., Rodrygo, Jude Bellingham y Eduardo Camavinga representan el presente y futuro del club, mientras que la sabiduría de veteranos como Carvajal y la reciente incorporación de Huijsen, Arnold y Mastantuono proporcionan ese puente entre generaciones que tanto necesita el equipo.
El reto para Alonso es particularmente complejo. Debe mantener la identidad ganadora que caracteriza al Madrid mientras implementa su filosofía de juego, un equilibrio que no todos los entrenadores han sabido encontrar. El equipo viene de una temporada donde mostró ciertas irregularidades, sobre todo en el aspecto defensivo y en la excesiva dependencia de las individualidades, aspectos que Alonso tendrá que corregir.
Los desafíos inmediatos del proyecto
El calendario presenta pruebas de fuego que servirán como termómetro para evaluar el progreso del equipo. La Champions League sigue siendo el torneo que define las grandes eras del Madrid y Alonso deberá demostrar que su equipo puede competir contra los mejores conjuntos europeos. Los clásicos contra el Barcelona, ahora dirigido por Hansi Flick, adquirirán una dimensión táctica adicional, convirtiéndose en verdaderos duelos de estilos.
La gestión del calendario será otro aspecto a tener en cuenta. Con el nuevo formato de la Champions y el Mundial de Clubes ampliado, la planificación física y la rotación inteligente del equipo serán fundamentales para mantener el rendimiento a lo largo de toda la temporada. Alonso deberá encontrar el equilibrio perfecto entre competitividad inmediata y visión a medio plazo.
La paciencia como clave: ¿éxito fugaz o proyecto a medio plazo?
Xabi Alonso ha sido claro: «Todo lleva su tiempo». Aunque el Madrid no suele conceder largos periodos de adaptación, el club parece dispuesto a darle margen. Su historial en Leverkusen (donde construyó un equipo ganador en dos temporadas) juega a su favor. Si el equipo muestra progresión y consigue títulos este curso, Alonso se consolidará como el líder que el Madrid necesitaba. Pero si los resultados no llegan pronto, la presión aumentará y el rendimiento del equipo podría verse afectado durante la temporada en curso.
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