נאָך זיין ריסאַונדינג נצחון אויף סופּער דינסטיק אויף 3 מער, Joe Biden se ve ya ganador de las primarias demócratas y quiere dar carpetazo al asunto cuanto antes. Aunque su ventaja en delegados es todavía pequeña frente a Sander, las sensaciones que se transmiten en los últimos días no dejan lugar a dudas.
די פּריימריז האָבן ווערן אַ "קאָפּ-צו-קאָפּ" מיט סאַנדערס ...
... און כאָטש falten unos 100 delegados por asignar del pasado Supermartes, ya nada de eso importa. Tampoco importan los nuevos problemas de recuento y las dificultades para cuadrar las cifras en algunos distritos de Texas. La sensación general es que Biden tiene ganada la nominación.
Cuenta en ello el efecto psicológico de los אַבאַנדאַנסאַז פון Klobuchar, Buttigieg און ספּעציעל בלומבערגאַלע אין איר טויווע, ווי אויך די פאַקט אַז די אנדערע "לוזער", וואָראַן, איז נישט ארויסגעקומען לטובת סאנדערס, ווי פילע האבן זיך געריכט.
Después de todos esos abandonos, Biden און Sanders זענען לינקס אַליין, con la testimonial compañía de Gabbard, y llegan a la cita de hoy en situaciones muy diferentes. Biden tiene todas las de ganar. די מערסט לינקס פליגל פון דער פּאַרטיי איז זייער דיסקערידזשד, y las consultoras han reducido las probabilidades de victoria de בערני desde el 60% o 70% de hace una semana hasta apenas el 2% que muchos le dan ahora.
סאנדערס האט איינער לינקס לעצטע געלעגנהייט: dar una monumental sorpresa hoy y cambiar el “momentum” a su favor. Hoy votan seis estados más, מישיגן, וואַשינגטאָן, מאַזעראַ, מיסיסיפּי, ידאַהאָ און צפון דעקאטע, y elegirán otros 352 delegados. Será un “cara a cara” electoral en el que las pocas encuestas existentes dan al exvicepresidente de Obama como ganador, incluso en estados que hasta פאר נעכטן eran proclives a Sanders, como Michigan, o donde su dominio era abrumador como Washington.
A contracorriente, Sanders tiene que intentar desmentir todos los pronósticos y ganar hoy. Solo así conseguiría llegar “vivo” a las citas de Florida, Illinois u Ohio del día 17. Si no lo logra, el 11 de marzo será, en la práctica, el día en que esta carrera habrá acabado.
Si así fuera, Biden tendría todas las papeletas para ser nominado. Solo algún hecho inseperado, ajeno a su amplia ventaja, problemas de salud, o las repercusiones de la crisis del coronavirus, que están afectando ya a la política norteamericana (cuatro congresistas están en cuarentena y tres de ellos han tenido contacto directo con Trump en los últimos días) podrían apartarle de la nominación demócrata en julio, que estaría prácticamente asegurada.
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