Dudas y nervios ante la inminente moción de censura

Publicado inicialmente a las 11:32

Hoy es el día de los rumores, las dudas, las conversaciones de tapadillo y los movimientos ya casi desesperados ante la moción de censura. Lo cierto es que nadie sabe qué puede ocurrir.

Durante la mañana, mientras Rajoy ha comparecido en el Congreso y ha sido recibido con una atronadora ovación por parte de los miembros de su bancada (nada menos que otros 136 diputados, no lo olvidemos, el grupo con mucho más numeroso de la cámara), ha trascendido que ayer se produjeron ya reuniones físicas entre miembros de los distintos partidos. El PSOE, al parecer, ha llegado a ofrecer a Ciudadanos un acuerdo para cerrar una fecha concreta para la celebración de las elecciones, en la línea con la propuesta del día anterior de Pablo Iglesias. El escollo para que esta posibilidad triunfe estriba en que los de Rivera no quieren a Pedro Sánchez como presidente del gobierno, mientras que para los socialistas esta condición parece, al menos a esta hora, innegociable. Los nombres que se han barajado como alternativa son los de destacados socialistas “clásicos” como Javier Solana, Ramón Jáuregui o Nicolás Redondo Terreros.

Por otro lado, se ha planteado la posibilidad de renunciar a esta moción para que otros diputados (de Podemos, de Ciudadanos, de otros grupos, o conjuntamente) pudieran a continuación plantear otra con la única finalidad de convocar elecciones. El PSOE es muy reticente a esta idea, e insiste en que es necesario previamente “estabilizar” las instituciones, lo cual es interpretado por otros como una maniobra para disponer de la jefatura del gobierno durante unos meses adicionales que le permitirían recuperar protagonismo e intentar ganar votos a derecha e izquierda, a costa, precisamente, de aquellos a quienes ahora el PSOE pide su voto.

Por su parte, la relativa tranquilidad con que el PP afrontaba la situación (más allá de los movimientos internos que se están produciendo para buscar sustituto a corto o a medio plazo para Rajoy), se está rompiendo ante la posibilidad, ya real, de que el PNV pueda llegar a apoyar la candidatura de Sánchez, y acabe asi triunfando con los votos de Podemos y los independentistas catalanes.

En el PSOE hay temor a que las carambolas finales hagan presidente a su líder con “votos indeseables” que convertirían sus siguientes pasos en la Moncloa en un infierno ingobernable, con una parte grande de la opinión pública en contra, y, sobre todo, poniendo en bandeja a Ciudadanos el argumento de que Sánchez gobierna gracias a los independentistas. En esa situación, los meses podrían hacérsele muy largos a Pedro Sánchez, viendo cómo Rivera le arrebataba aún más votos de cara a unas elecciones que, finalmente, quizás no pudiera evitar.

Lo cierto es que las combinaciones son tantas y tan enrevesadas  (sin olvidar que el PP tiene una carta adicional en la manga, y es que su voto es imprescindible para aprobar en el Senado unos presupuestos que interesan, y mucho, al PNV), que casi cualquier cosa puede ocurrir en las próximas 24 horas. Para cuando mañana los grupos llenen el hemiciclo todo o casi todo deberá estar cerrado, aunque aún no se sepa públicamente. Los discursos, las posturas, incluso las caras de unos y otros dependerán en gran medida de lo que se acuerde (o desacuerde) hoy en los despachos.

José Salver