La Comisión Europea ha tomado la decisión de iniciar el proceso y, en un par de años, Europa probablemente habrá dejado atrás para siempre los incordios del cambio de hora del último domingo de octubre y el último de marzo.
Se ha realizado una consulta entre ciudadanos de la unión, y este es el resultado:
El problema con esta consulta es que no tiene por qué ser representativa de la auténtica opinión de los europeos. Se ha realizado exclusivamente por internet, y han participado en ella, como es lógico, en una gran mayoría, ciudadanos preocupados con el problema del cambio de hora. En estas correcciones, los datos crudos, sin corrección de sesgos de ningún tipo, no ofrecen ninguna garantía.
Quizás por eso la Comisión Europea va a consultar ahora a cada país sobre cuál es su opción preferida, pero no a los ciudadanos, sino a las autoridades nacionales. Las alternativas son
-o bien continuar como hasta ahora, con dos cambios de hora al año,
-o bien optar por el horario de verano para todo el año, .
-o bien por el horario de invierno,
-o bien por cambiar el huso horario completo.
Así pues, con cuatro opciones a la vista, nada impide que cada país, aprovechando la coyuntura, decida tomar varias decisiones a la vez. Y probablemente el país que está más en condiciones de abrir un debate profundo sobre el asunto sea España.
A menudo se dice que los españoles vivimos con horarios “raros” porque tenemos el reloj mal puesto en hora,“adelantado”. Pero, si nuestra hora oficial está adelantada, y si, como parece, muchos países van a optar por un horario fijo, ¿con qué horario fijo nos vamos a quedar?: ¿con el de verano actual o con el de invierno?
El mapamundi muestra en blanco las zonas cuyo huso horario convencional coincide con el solar (mediodía a las doce de la mañana, medianoche a las doce de la noche). Las áreas “rojas” tienen mediodías más tardíos (llegando en algunos lugares, como es el extremo occidental de China, a poder vivirse mediodías solares a las 18:00 horas del reloj local). Las “verdes” corresponden a lugares donde el mediodía solar es anterior a las 12:00 del reloj local.
Como puede verse, hay cierta tendencia en el mundo a “adelantar” el reloj, y esa realidad llega a ser escandalosa en algunos países, como China o Argentina, que establecen su huso horario según lo que conviene a su costa oriental, con lo cual el occidente del país presenta unos desfases enormes. ¿Y qué ocurre en España? Pues España no llega a tanto, pero sí resulta ser es el país europeo más “rojo”.
En el mapa de la Europa continental, vemos a la izquierda la situación durante el verano, y a la derecha la del invierno. Toda España (y Francia, y el Benelux), está claramente adelantada respecto al huso horario que le correspondería, destacando la franja costera de Galicia, donde el adelanto veraniego se sitúa en torno a las tres horas. El resto de España, Francia, el Benelux y el occidente de Grecia, en verano, tienen un adelanto aproximado de dos horas, mientras Centroeuropa va una hora por delante, y solo el este de Polonia va acompasada con el horario solar. En invierno, al atrasar la hora, la situación se palía, con toda Centroeuropa bien puesta en hora, al igual que una parte de nuestro vecino Portugal. En el conjunto de la España peninsular el desfase invernal se reduce a aproximadamente una hora, y a casi dos en las costas de Galicia.
La solución parece clara: aprovechando la medida anunciada por la Unión Europea, además de suprimir el cambio de hora verano/invierno, deberíamos adoptar como huso horario español, precisamente, el de invierno. Así nuestro reloj “nacional” estaría menos desajustado y resultaría un poco más acorde con la hora solar.
Muchos afirman que así se conseguiría, de paso, una normalización de nuestras costumbres, recuperando horas de sueño y sincronizándonos con el resto de Europa. Sin embargo, esta opinión no es unánime entre los expertos, y puede que sea minoritaria entre la población en general. Se dice que la forma de vida en nuestro país se adapta mucho mejor al horario de verano, que resulta además beneficioso para la hostelería y el turismo. Se argumenta, además, que nos conviene tener sincronizado el reloj con Francia y Alemania más que con Gran Bretaña, pues su posición resulta más central dentro del continente.
Las razones de ambas partes son poderosas, y auguran un fuerte debate durante los próximos meses.
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