Cuando Theresa May convocó las elecciones al Parlamento británico para el 8 de junio, su intención era ganarlas de calle, y así parecía que iba a ocurrir.
La ventaja que parecía tener sobre los laboristas era muy cómoda, y el sistema electoral británico, que premia al ganador, lo hacía aún más fácil. Durante muchos meses, con unos sondeos que daban a los conservadores entre un 15 % y un 20% de ventaja, no hubo nada más que hablar.
Pero las cosas han cambiado repentinamente. Gran parte de la población empieza a pasar factura a los torys por su forma de gestionar el Brexit, y además May ha cometido errores de bulto como enredarse en promesas sobre la supresión de subsidios para los ancianos enfermos. El resultado está a la vista. Los laboristas se están acercando, y nadie sabe hasta dónde llegarán, aunque la ventaja de May es todavía considerable.
Las encuestas tampoco están ayudando mucho, porque mientras algunas rebajan la diferencia a menos de cinco puntos, otras la mantienen aún claramente por encima de 10 (Panelbase acaba de publicar una en que le da quince puntos de ventaja). Los promedios intentan encajar como pueden semejante desbarajuste, pero realmente nadie sabe en qué punto estamos. La palabra de moda es desorientación, porque más que las cifras frías, importan los cambios bruscos que se están observando en las tendencias.
¿Ganará May por goleada o habrá finalmente un empate técnico? ¿A quién beneficiará más el desplome del nacionalista UKIP? Las probabilidades siguen favoreciendo aún a la primera ministra, pero ese par de goles que los conservadores han encajado últimamente hace que podamos decir, echando mano de algo tan inglés como el fútbol, que aún hay partido.
La cocina de las encuestas británicas tiene fama de ser bastante mala, y lo cierto es que, sin cocinar, los datos resultan sorprendentes…
… mientras tanto, la popularidad de ambos bandos se está igualando…
… la diferencia entre el voto de los jóvenes y el de los mayores es de las más altas del mundo…
… y algunas encuestas que hacen estimación de escaños, ya no le dan mayoría absoluta a los conservadores:
Los próximos días serán cruciales para que podamos aclararnos. Estaremos aquí para contarlo.
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