Sin lugar a duda la gran sorpresa de las últimas elecciones regionales alemanas (Sajonia-Anhalt, Renania-Palatinado y Baden-Wuttenberg) ha sido el auge de la ultraderecha (Alternative für Deutschland).
Lo cierto es que parece lógico que este movimiento ha recogido votos del ala conservadora del CDU, por la política de Merkel con los refugiados. Sin embargo para sacar esos extraordinarios resultados no solo basta con pescar en ese caladero.
Fijémonos en un caso especial: Sajonia-Anhalt. Sajonia es una región situada en el este de Alemania. En este territorio las fuerzas de extrema derecha se han hecho fuertes (como es el caso de Pegida). No obstante, también es un territorio donde tanto el SPD como sobre todo Die Linke han obtenido historicamente notorios resultados, especialmente estos segundos. Aunque sin duda lo más sorprendente es el resultadazo de AfD en esta región, sacando un 24% de los votos, a 5 puntos de la coalición demo-cristiana (que también mejoró resultados).
Entonces, si el otro principal partido de derechas también obtuvo más votos que en las anteriores elecciones, ¿quién vota a AfD?
Bien, la concepción de AfD entre la sociedad alemana es la de un partido protesta que sabe usar un tono bronco para crear un ambiente de crispación y movilizar a los votantes. un partido populista que sabe decir lo que la gente quiere escuchar y que suma muchos votos entre abstencionistas, nuevos votantes y votantes desencantados (muchos de izquierda). Es en este último apartado donde este partido ha robado muchos votos a la izquierda. Gente de centroizquierda votante del SPD que está descontenta y harta de la deriva de su partido. Gente que necesita una alternativa a los partidos tradicionales (aunque AfD se defina como neoliberal). Es precisamente ese votante el que Linke no supo captar del todo. Quizá una posición más crítica de estos últimos podría haber canalizado ese descontento de la izquierda.
Otro dato que sorprende de AfD es que ha logrado consolidarse en todas las franjas de edad. De hecho según apunta un sociólogo de Infratest, ha logrado al menos un 5% de los votos en cada franja (aunque tenga más arraigo entre los jóvenes). También sorprende que su caladero de votos más importante esté entre los obreros y desempleados, aunque hay más campos laborales donde capta votos.
Resumiendo, no sería fácil hacer un perfil concreto de un votante de Afd, aunque de hacerlo, sería un varón de unos 30 años o incluso más jóven, de clase media-baja, desencantado con la política de Merkel (especialmente sobre los refugiados), preocupado por la situación de su país y no necesariamente de ideas neoliberales.
Como conclusión, el auge de AfD, no solo se debe al fracaso de Merkel, sino que también al fracaso de la izquierda o pseudoizquierda, ya que muchos de los votantes de esta formación serían eventuales votantes de Die Linke. Necesita por tanto la izquierda, no solo alemana, sino que de toda Europa dar un giro hacia la izquierda y hacia una mayor defensa de los derechos de la clase obrera, y sobre todo una mayor agresividad en el discurso. De esta forma se evitaría perder a muchos de los votantes de izquierdas hacia partidos como AfD.
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