La Junta de Andalucía ha admitido que unas 2.000 mujeres han sufrido retrasos en los diagnósticos del cáncer de mama, por fallos en el programa de cribado. El Servicio Andaluz de Salud (SAS) ha comenzado a contactar personalmente, una a una, a esas mujeres cuyas mamografías presentaron dudas y no les fue informada la necesidad de pruebas complementarias.
Según el Gobierno autonómico, esos casos corresponden a pruebas “lesivas no concluyentes” en las que debía practicarse un seguimiento. Muchas pacientes esperaron meses o incluso más de dos años. En respuesta a la crisis, la Junta ha anunciado la creación de un circuito preferente de atención para agilizar los procesos para las mujeres afectadas.
La consejera de Salud, Rocío Hernández, ha pedido disculpas públicamente por estos errores y ha asegurado que se revisarán las mamografías de los últimos tres años para identificar posibles casos pendientes y avisar individualmente a las mujeres afectadas.
La asociación Amama (Mujeres con Cáncer de Mama) había advertido hace meses de fallos en el sistema de seguimiento de los resultados del cribado. Su presidenta, Ángela Claverol, lamentó que muchos centros no comunicaran a las pacientes las pruebas sospechosas, dejando pasar el tiempo como si todo estuviera en orden. Las denuncias han movilizado al Defensor del Paciente y a la Fiscalía Superior de Andalucía para que investiguen la posible dejación de funciones.
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