Mucho se ha dicho y escrito en los últimos años sobre la injusta ley electoral que rige la elección de los diputados del Congreso. En particular, se viene culpabilizando al ya archiconocido Sistema D’Hont, cuando lo que realmente hace que la ley sea injusta es la división en circunscripciones electorales provinciales, que favorece el voto concentrado frente al disperso.
De lo que se ha hablado muy poco, sin embargo, es de la ley que rige la elección de senadores y de cómo es posible que tras las elecciones del 20D el PP obtuviera 124 de los 208 senadores de elección directa, lo que supone el 60% de éstos, cuando su apoyo popular no llegó al 30%.
¿Cómo es posible que tras el cambio tan fuerte que sufrió la composición del Congreso el pasado 20D el Senado permaneciese prácticamente inalterado? ¿Es que la gente siguió votando en masa a PP y PSOE y, en particular, al PP? La respuesta es un no rotundo. Pero, ¿entonces?
La siguiente imagen muestra la proporción de senadores de cada partido elegidos en las elecciones de 2011 y 2015. Como se puede apreciar, la diferencia para PP y PSOE es mínima. Concretamente, el PP pasó de tener 136 senadores en 2011 a 124 en 2015; y el PSOE de 48 senadores en 2011 a 47 en 2015.
¿Cómo funciona la ley electoral que rige la elección de senadores?
Para la elección de senadores, el territorio español se divide en circunscripciones electorales, que para los territorios peninsulares coinciden con las provincias, eligiéndose en cada una 4 senadores independientemente de la población de éstas. En Ceuta y Melilla se eligen a 2 senadores en cada una. Baleares, por su parte, elige 5 senadores (Mallorca 3, Ibiza y Menorca 1 cada una). Canarias elige 11: Santa Cruz de Tenerife 6 (Tenerife 3, El Hierro, La Gomera y La Palma 1 cada una) y Las Palmas 5 (Gran Canaria 3 y Lanzarote y Fuerteventura 1 cada una). En total 208 senadores de elección directa. Además, a día de hoy hay 58 senadores más, elegidos de forma indirecta, designados por las Comunidades Autónomas, pero sobre éstos no se hablará en este artículo.
El voto para el Senado es directo, es decir, se vota a la persona y no una lista. En aquellas circunscripciones en las que se eligen 4 senadores, se puede votar hasta un máximo de 3 senadores. En las que 3, hasta un máximo de 2 y en las de 2 y 1, hasta un máximo de 2 y 1, respectivamente. Los senadores electos serán aquéllos con un mayor número de votos. Es decir, que por lo general, el partido más votado, aunque sea por un margen muy estrecho y con un porcentaje de votos relativamente bajo, obtendrá 3 de los 4 senadores de esa circunscripción ya que aunque la elección sea directa, los candidatos a senador van asociados a un partido y, por tanto, lo habitual es que la gente vote a los 3 senadores del partido que votó para en congreso.
Así, tenemos el ejemplo de la provincia de Valencia donde se votó del siguiente modo para el Congreso:
Como ocurre en la mayoría de las provincias, el resultado de las votaciones al Congreso se puede extrapolar al Senado, y en Valencia el PP obtuvo 3 de los 4 Senadores y la coalición Compromís-Podemos 1. Esto supone que el PP obtuvo el 75% de los Senadores de la provincia de Valencia, con un apoyo que apenas superaba el 30%.
La siguiente imagen muestra los senadores elegidos por la provincia de Valencia. Se puede observar cómo los resultados del Congreso se pueden extrapolar a los del Senado. Esto se da en la gran mayoría de circunscripciones.
De este modo, el principio de proporcionalidad se pierde completamente.
Si observamos un mapa del partido más votado en las distintas circunscripciones, vemos que el PP gana en la gran mayoría y de ahí que su representación en el Senado sea tan desproporcionada con respecto al apoyo real que tuvieron.
¿Qué podemos hacer la ciudadanía para cambiar esto?
Ante esta situación, ¿qué podemos hacer los ciudadanos para que el Senado sea una cámara más plural? Pues sencillamente, lo que en estos ya casi cinco meses no han sido capaces de hacer los políticos en el Congreso, ceder. En nuestro caso, ceder votos a otros partidos para que gane la mayoría.
A continuación describiré distintas estrategias de cesión de voto y el efecto que habrían tenido en los resultados del Senado. Lo describiré poniendo como ejemplo la provincia de Zaragoza donde la proporción de votos obtenida por los distintos partidos es muy similar a la de otras circunscripciones.
En Zaragoza, se votó del siguiente modo al Congreso el pasado 20D:
Y como era de esperar, el PP se llevó 3 de los 4 senadores y el PSOE el otro.
Estrategia 1: Voto progresista
Si observamos en la tabla anterior, los votos de PSOE, Podemos e IU suman 255.704, frente a los 161.341 que obtuvo el PP. De este modo, si los votantes de PSOE, Podemos e IU hubiesen votado al primer candidato a senador de la lista de cada uno de estos tres partidos en lugar de votar a tres candidatos del mismo partido, los senadores electos por Zaragoza habrían sido 1 del PSOE, 1 Podemos, 1 de IU y 1 del PP como muestra la siguiente tabla:
De este modo, el PSOE no habría tenido mayor representación, pero sus votantes habrían contribuido a tener una mayor representación de izquierdas/progresista.
Si nos fijamos en lo que ocurrió en la provincia de Valencia que se describía más arriba, el cambio habría sido de 3 senadores para el PP y uno para la coalición Podemos-Compromís; a un senador por partido para PP, Podemos-Compromís, PSOE e IU.
Esta misma situación de Zaragoza o Valencia se da en 27 circunscripciones, de modo que de seguir esta estrategia, el Senado habría quedado del siguiente modo:
Como se puede observar, la merma en senadores del PP sería más que notable y la representación de las distintas izquierdas aumentaría considerablemente.
Estrategia 2: PSOE + Cs vs. Podemos + IU
Otra alternativa factible tras las negociaciones que hemos visto en estos últimos meses sería la cesión de votos entre votantes de PSOE y Cs y, por otra parte, la de Podemos, confluencias e IU.
Puesto que, salvo en la circunscripción de Madrid, el PSOE está por delante de Ciudadanos en todas las provincias, si los votantes de estos partidos hubieran decidido votar a los dos primeros candidatos a senador del PSOE y al primero de Cs; y, por otra parte, los de Podemos e IU hubieran hecho lo mismo dando dos votos a Podemos y uno a IU, el resultado habría sido el siguiente:
Esto traería un avance al PSOE que lo acercaría al PP. A Cs, por su parte, no sólo le daría la representación que a día de hoy no tiene, sino que se convertiría en el tercer grupo del Senado. Podemos se vería perjudicado. No por la decisión de sus votantes de ceder un voto a IU, sino porque la alianza PSOE-Cs supera a la de Podemos IU en la práctica totalidad de todas las circunscripciones. Como veis, en el Senado se trata de quién es más fuerte.
Estrategia 3: Voto anti-bipartidismo
Una opción que cada vez parece más imposible, sería un voto anti-bipartidismo, dirigido a beneficiar a Podemos, Cs, e IU. Es decir, que los votantes de estos tres partidos, votaran al primer candidato a senador de cada uno de estos partidos. Siguiendo esta estrategia, el resultado sería el siguiente:
Podemos casi doblaría su representación e IU y Cs lograrían 17 senadores cada uno. Este resultado, aun así, aunque no le daría mayoría absoluta de senadores de elección directa al PP, le dejaría cerca. De hecho, proporcionalmente, afectaría en mayor medida al PSOE.
Posible alianza Podemos + confluencias + IU para el 26J
Parece que estamos cerca de una coalición Podemos + Confluencias + IU para las elecciones del 26J. ¿Qué habría pasado si se hubiesen presentado juntos a las elecciones del 20D? Su representación sería superior, pero el PP seguiría sobrerrepresentado con mayoría absoluta en el Senado.
Como veis, las opciones son múltiples y el que las cosas cambien no sólo depende de las posibles coaliciones o alianzas de cara al 26J, sino de lo que nosotros decidamos hacer con nuestro voto.
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