Con los precios de los carburantes en máximos de las últimas décadas, cada vez son más los ciudadanos que adoptan la bicicleta como un medio de transporte para llevar a cabo desplazamientos habituales al lugar de trabajo.
La venta de bicicletas se disparó durante el confinamiento, ya que tras meses sin salir de casa el interés de los españoles por retomar hábitos saludables y practicar ejercicio se incrementó en paralelo al aumento de las actividades al aire libre.
La bicicleta, que hasta ese momento era considerada un artículo secundario y para la que los ciudadanos no destinaban mucho presupuesto, pasó a tener un lugar predominante en los hogares. Cada vez son más quienes deciden invertir en una bici de calidad y se equipan con buenos complementos y materiales para alargar la vida útil de un medio de transporte ecológico y cero emisiones.
A su vez, tras la finalización de las olas de contagio que conllevaron confinamientos selectivos y restricciones, comenzaron a organizarse de nuevo eventos grupales como carreras ciclistas o rutas colectivas. La moda de la bici había venido para quedarse y ya no se limitaba únicamente al parqué de bici pública en las grandes ciudades.
La bici eléctrica también hizo su entrada en escena, pues facilita mucho el desplazamiento a personas con movilidad algo más reducida o con dificultades para desarrollar un alto ritmo deportivo.
Alrededor de sites como https://www.bike24.es/ se desarrollaron auténticas comunidades de apasionados por el deporte, pedaleando para lograr un país más sostenible y eco-friendly a la vez que disfrutan de su pasión por el ciclismo. El ecosistema alrededor de la bici se enriquecía con todo tipo de accesorios que hacían del mundo del biking una nueva moda que atrapa cada vez a más gente.
Con un horizonte en el que cada día será más caro moverse por carretera, ya que se estima una fuerte subida en el precio de la gasolina y el gasóleo (que podrían superar los 2,5€ el litro en unas semanas) así como el constante incremento de la tarifa eléctrica necesaria para recargar los vehículos eco o híbridos, el pedaleo cobra protagonismo.
Es cierto que hoy en día aún son muchas las ciudades que no están adaptadas para la convivencia del vehículo a motor con la bicicleta, ya que aunque algunas disponen de decenas de kilómetros de carril bici, no es posible realizar traslados entre los distintos puntos de las mismas a todos los barrios. Lejos queda España de otros países como Países Bajos o Bélgica donde lo habitual es aparcar el coche para subirse a la bicicleta.
En ciudades como Amsterdam es de hecho el medio de dos ruedas quien tiene preferencia sobre las cuatro, y desde la infancia los neerlandeses son educados en el fomento del transporte sostenible.
En nuestro país aún estamos lejos de ello, pero como por algo se empieza, ya comienza a anticiparse el papel clave que podrían jugar en nuestra sociedad, desde ahora, el sillín y el manillar. Un mundo más respetuoso con el medio ambiente donde, además, se fomentará el ejercicio.
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