Si hay un asunto delicado a la hora de entender los cambios, a veces bruscos, en la evolución del voto, es el de las transferencias de voto. Muchas veces el lector medio tiene tendencia a creer que las transferencias son lineales y unidireccionales, es decir, que van de un partido (que baja) a otro (que sube), y nada más.
Pero la realidad no es así, ni mucho menos. Las transferencias siempre, aún en los sistemas electorales más simples, son cruzadas y múltiples. Esto significa que hay al menos cinco elementos importantes:
- Dos partidos políticos
- La abstención
- Los votantes antiguos que salen del censo (por fallecimiento, traslado u otras causas)
- Los nuevos votantes que llegan al censo (por mayoría de edad, traslado,…)
El juego y las combinaciones posibles entre estos cinco elementos es, siempre, multidireccional. Además, en el mundo real y en casi todas partes, no hay dos partidos políticos, sino un número muy superior. Cuando, además, han pasado varios años desde las anteriores elecciones, los movimientos de electores entre todos y cada uno de estos elementos se acrecientan, tejiendo una maraña más enrevesada aún.
Obtener una tabla de transferencias de voto realista es, por lo tanto, muy complicado. Las encuestadoras que en cada muestra pretenden replicar al conjunto de la sociedad, suelen trasladar sin más el recuerdo de voto y el voto declarado para establecer los trasvases hipotéticos, pero esa técnica tiene riesgos evidentes por la estrechez de la muestra y las inevitables desviaciones que siempre se producen.
En nuestro caso, en el que directamente partimos de un panel que no pretende ser una réplica en miniatura de la sociedad, tenemos que hacer ajustes previos para restar peso a los sectores sobrepresentados y dárselo a los infrarrepresentados en nuestras respuestas. Además, hay que contar con el papel fundamental de la abstención y con el hecho de que los abstencionistas, tanto en los paneles como en respuestas presenciales o telefónicas, siempre contestan menos y, por tanto, adolecen de una infrarrepresentación de base, por no hablar de la masa de indecisos…
Está claro que lo más prudente es no llevar a cabo ninguna estimación. Lo cómodo es esperar, ver y analizar lo que dicen los demás, utilizar sus datos para ajustar tus carencias, y apresurarse a lanzar una “predicción final” en la noche electoral que corrija tus errores anteriores, para luego decir que has “casi clavado” los resultados y colgarte la medalla, aunque eso contradiga tus estimaciones anteriores.
Pero ya sabéis que a nosotros nos gusta lo arriesgado, lo valiente. Decir lo que nadie se atreve a decir por miedo al equívoco o a tener que reconocer que se equivocó. No es lo más prudente, pero es lo más coherente, y lo más honesto. Y por ello vamos a mostraros las tendencias que pronostica nuestro CatPanel, a sabiendas que puede ser un salto al vacío.
La abstención, protagonista de la ‘fuga de votantes’
En EM electomanía hemos elaborado un esquema de transferencias dinámico que tiene en cuenta los datos acumulados de los últimos cinco paneles que hemos realizado para Cataluña, compensando también en este caso los más recientes para darles mayor representatividad. El resultado que obtenemos es el siguiente:
Transferencia de voto Cataluña 2017 -> 2021 | ||||||||||||
---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|
En 2017 votó… | Hoy votaría… | |||||||||||
CUP | ||||||||||||
35% | 11% | 2% | 6% | 1% | 14% | 0% | 0% | 1% | 0% | 22% | 8% | |
2% | 50% | 2% | 3% | 1% | 13% | 0% | 0% | 1% | 0% | 20% | 8% | |
2% | 2% | 50% | 19% | 0% | 1% | 1% | 0% | 0% | 0% | 17% | 8% | |
1% | 3% | 2% | 61% | 0% | 1% | 4% | 3% | 2% | 1% | 11% | 11% | |
3% | 15% | 1% | 2% | 2% | 49% | 0% | 0% | 0% | 0% | 18% | 10% | |
0% | 2% | 1% | 10% | 0% | 1% | 28% | 9% | 8% | 0% | 30% | 11% | |
0% | 0% | 0% | 6% | 0% | 0% | 2% | 30% | 30% | 1% | 19% | 12% | |
1% | 5% | 3% | 7% | 1% | 6% | 1% | 3% | 6% | 36% | 20% | 11% | |
1% | 3% | 1% | 10% | 1% | 3% | 1% | 2% | 2% | 6% | 58% | 12% | |
7% | 11% | 3% | 12% | 1% | 12% | 1% | 3% | 3% | 4% | 43% | – |
El baile de votos
Sin duda el comportamiento electoral es imposible de predecir ya que hasta la más mínima variación en el último momento puede hacer moverse al elector en una dirección imprevista. El baile de votos es algo hipnótico, casi mágico, que muestra que nuestra sociedad, como todas las demás, está compuesta de múltiples aristas, matices, enfoques y posiciones.
El 14 de febrero comprobaremos cómo han ‘bailado’ los votos, mientras tanto os dejamos con el maravilloso movimiento que dibuja predecir lo impredecible:
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