En medio del fragor de estos días, algunos plantean ya alternativas para una hipotética Catalunya independiente. Una de ellas sería la incorporación a la EFTA (Asociación Europea de Libre Comercio).
La EFTA fue una organización con cierto peso hace varias décadas. Se creó en 1960 por la Convención de Estocolmo, y fue, de hecho, la respuesta que dio Gran Bretaña a la Comunidad Europea cuando, en los inicios del Mercado Común, los británicos no quisieron formar parte de él. Suponía una organización alternativa a la comunitaria, orientada casi exclusivamente hacia el comercio y sin pretensiones de fraguar una unión política o social de más calado.
Sin embargo, con el paso de los años, la Comunidad Europea, luego Unión Europea, se impuso claramente. La EFTA quedó como una entidad residual. Gran Bretaña, Portugal y varios países nórdicos la abandonaron pasándose a su rival europeo.
En la actualidad la componen cuatro países: Noruega, Suiza, Islandia y Liechtenstein.
Con una extensión similar a la actual de España, la EFTA apenas tiene 14 millones de habitantes, y su economía es altamente dependiente de la comunitaria. La asociación ha firmado tratados de libre comercio con muchos países del mundo, pero con diferencia el más importante es el que tiene suscrito con la U. E., que le permite comerciar con libertad con la unión sin formar parte de ella, a cambio de una contraprestación económica.
Si Catalunya consiguiera acceder a la EFTA, podría tener acceso al mercado europeo, pero no a la moneda ni a la mayor parte de las políticas comunitarias. A su vez, la EFTA debería renegociar con la UE cuál sería su aportación a las arcas comunitarias, que sin duda pasaría a ser mayor que la actual.
Tu opinión
Existen unas normas para comentar que si no se cumplen conllevan la expulsión inmediata y permanente de la web.
EM no se responsabiliza de las opiniones de sus usuarios.
¿Quieres apoyarnos? Hazte Patrón y consigue acceso exclusivo a los paneles.