Chile vota hoy en sus presidenciales más polarizadas

Chile celebra hoy una de las elecciones presidenciales más polarizadas y fragmentadas de su historia reciente, marcada por la incertidumbre y el giro del electorado hacia alternativas tanto de extrema derecha como de izquierda radical. La primera vuelta enfrenta a ocho candidatos, pero todo apunta a que la decisión final se dará entre cuatro figuras y que ningún postulante alcanzará la mayoría necesaria para evitar una segunda vuelta.

Una elección marcada por la polarización y el descontento

La jornada electoral ocurre bajo el contexto de un voto obligatorio inédito en presidenciales, con más de cinco millones de chilenos obligados a participar. La campaña ha estado atravesada por el malestar con la gestión saliente de Gabriel Boric, preocupaciones sobre la inseguridad y la situación económica. Las encuestas y el análisis de la prensa y los expertos coinciden en que la mayoría del electorado se inclina hacia postulantes de corte conservador, con la izquierda unificada en torno a Jeannette Jara, la candidata oficialista, que lidera las preferencias pero no logra superar el 30% del voto.​

Principales candidatos: perfiles y propuestas

Escenarios y perspectivas tras la primera vuelta

Los últimos sondeos dan a Jara como la favorita de la primera vuelta, con cifras que oscilan entre el 25% y el 33% de las preferencias, pero lejos de la mayoría absoluta. Kast, Kaiser y Matthei se disputan el liderazgo de la oposición conservadora, con el fenómeno de la derecha fragmentada como principal incógnita: quien logre consolidar ese espacio podría ser quien dispute la segunda vuelta frente a Jara. Analistas coinciden en que el próximo presidente saldrá casi con seguridad de una coalición conservadora, reflejando el giro hacia la derecha de la sociedad chilena en este ciclo electoral.​

La participación y el voto obligatorio abren interrogantes sobre la capacidad de movilización de cada campaña y el peso de los indecisos, en un país donde la desafección política ha sido la tónica de los últimos años.​

Chile se encamina, así, hacia una definición electoral que reconfigurará su mapa político y probablemente tensionará el sistema político frente a desafíos estructurales: inseguridad, estancamiento económico y la demanda por reformas sociales más ambiciosas, ahora en un contexto de mayor polarización y con una ciudadanía forzada a elegir.