Los tiempos se acaban y la presión aumenta. La decisión de Ciudadanos de no pactar con el PSOE para la formación del gobierno de la nación, le está pasando una gran factura al partido naranja.
Desde numerosos sectores, incluidos ya algunos que hablan abiertamente desde el interior del propio partido, se critica que esta decisión, de facto, se entrega en bandeja el papel protagonista a Unidas Podemos, y se facilita a su vez el apoyo, directo o indirecto, de las formaciones independentistas para el inminente gobierno futuro del PSOE.
Dirigentes del partido, hasta hoy en la sombra, han discrepado internamente de esta estrategia, sosteniendo que el enorme capital político acumulado, con nada menos que 57 diputados y más de cuatro millones de votos, tiene que servir para algo más que aliarse con PP y Vox a la hora de rechazar de plano una demanda de acuerdo con el PSOE que satisfaría a una parte importante de la sociedad española. Según ellos, Ciudadanos tiene que servir, precisamente, para ofrecer a la sociedad una alternativa fiable, centrada, y que la haga huir tanto de los radicalismos de derechas como de los de izquierdas. No hacerlo en estos momentos significaría entregar el gobierno precisamente a quienes el partido siempre ha considerado la peor apuesta para España: el populismo y el independentismo.
Hoy la crisis larvada ha estallado, tocando de lleno a importantes activos: Toni Roldán, peso pesado del área económica, y muy ligado a Luis Garicano, deja el partido y su escaño en el Congreso a causa de esta situación. Por su parte, el conocido eurodiputado Javier Nart ha abandonado también la ejecutiva del partido, y el líder asturiano Juan Vázquez, que ha renunciado a su escaño regional.
El motivo desencadenante de las dimisiones ha sido una votación interna en la que los partidarios de abrirse a conversaciones con el PSOE han salido derrotados. En esa votación, destacados dirigentes como el propio Garicano, Francisco Igea y Fernando Maura, han manifestado su posición radicalmente opuesta a la línea seguida por el partido en esta materia.
Siendo alguien que generalmente apoya al PSOE:
1- No subir impuestos: Demasiado genérica, desde luego no.
2- No indultar a golpistas: La aceptaría (los catalanes no son golpistas 😛 ) Ahora en serio, no me parece una condición tan loca.
3- Tarjeta sanitaria única: La acepto, aunque que no sustituya a la tarjeta autonómica. Igual que la tarjeta sanitaria europea no sustituye a las autonomicas.
4- Una ley de educación que imponga algunos límites a los nacionalistas: ¿Esto es constitucional? La educación es competencia autonómica.
5- Despolitización total del CIS y RTVE: La acepto. Aunque RTVE no está politizada,