De lo nuevo y lo de siempre

Un artículo de politólogo_madrid

En las elecciones europeas del 25 de mayo de 2014, una ola de alegría y esperanza inundó a la izquierda española gracias a la irrupción de Podemos, un partido que fue considerado en un primer momento el heredero del espíritu del movimiento 15-M. Iglesias y los suyos se hicieron con el control de la agenda pública gracias a su discurso de regeneración política radical y su cercanía “a los de abajo”.

Pasados más de dos años y con varias citas electorales a nuestras espaldas, la novedad no es tal. Podemos ya forma parte de las instituciones y la mayor parte de su discurso, el relacionado con la “nueva política”, también. Pero, ¿qué es la nueva política?
Este concepto ha sido definido de múltiples formas, pero podemos extraer de todas ellas un mínimo común: la lucha contra la corrupción y la recuperación del Estado del Bienestar a favor de los más perjudicados por la crisis económica.

Todos los partidos han incorporado a sus programas algunas de estas propuestas, pero las formaciones que han irrumpido recientemente en las instituciones insisten en reclamar para sí mismos la exclusividad de esa etiqueta, de lo nuevo, de la nueva política.

¿Es la nueva política incompatible con los partidos tradicionales?  Se trata este de un debate que ha sido, es y será parte de la opinión pública durante bastante tiempo, pero lejos de mi intención queda responder de forma categórica a esta cuestión. En su lugar, expondré dos ejemplos a nivel individual de mujeres que actualmente son representantes políticas, que forman parte de un partido nuevo y de un partido tradicional y que pueden arrojar luz sobre este tema. Me refiero a la Secretaria General de Podemos-Andalucía, Teresa Rodríguez, y a la actual alcaldesa de Santa Coloma de Gramanet y Viceprimera Secretaria del PSC, Núria Parlón.

Teresa Rodríguez comenzó su andadura política como militante de Izquierda Unida, dentro de la corriente Espacio Alternativo, llegando a formar parte de la presidencia federal de la coalición. Fue una destacada activista en los movimientos sociales, posicionándose en contra de la base aeronaval de Rota, el Plan Bolonia o la Constitución Europea. En 2008 Espacio Alternativo se separa de IU y se convierte en Izquierda Anticapitalista, partido con el cual Rodríguez concurrió a varios comicios de distinta índole sin lograr representación. Por otro lado, fue delegada sindical de un sindicato del sector educativo y formó parte de la marea verde en defensa de la educación pública.
Con esta carta de presentación, Teresa aparecía como una apuesta segura para ejercer la nueva política en beneficio de las clases populares, pero, ¿lo consiguió?

Tras las elecciones europeas de 2014, Teresa Rodríguez se convierte en una de los 5 representantes de Podemos en el Parlamento Europeo. Este cargo, al igual que a sus compañeros, le duró poco tiempo, ya que a principios de 2015 da el salto a la política andaluza como candidata de podemos a la presidencia de la Junta aduciendo que de esa manera sería más fácil cambiar las cosas en nuestro país.

Tras conseguir en las elecciones andaluzas unos buenos pero insuficientes resultados, las negociaciones para investir como Presidenta a Susana Díaz a cambio de una serie de medidas sociales y regeneradoras terminan truncadas y la socialista pacta con Ciudadanos, relegando a Podemos a la oposición y bloqueando sus posibilidades de aprobar las medidas estrella del partido en su debut en España.

Desde entonces, Rodríguez ha ejercido una férrea oposición contra el Gobierno andaluz con vehementes intervenciones, con proposiciones de ley con alta carga social y con una actitud vigilante contra la corrupción en su Comunidad Autónoma, pero, llegados a este punto, ¿podría decirse que ha conseguido llegar a los objetivos de la nueva política que, recordemos, se basaban en acabar con la corrupción y reducir los efectos adversos de la crisis en la población más vulnerable?

La respuesta es que no. Es innegable que la gaditana siempre ha ejercido sus cargos con la mejor de las intenciones, pero la intención no es suficiente a la hora de hacer política. Su ajetreada vida de activista no le ha servido para que Andalucía tuviera una renta mínima, ni para acabar con los desahucios, ni para echar a los corruptos de las instituciones.

Rodríguez no tuvo la capacidad negociadora suficiente para que sus propuestas fueran aceptadas por el PSOE-A, quizá, en parte, por la falta de experiencia institucional de la que adolece la mayoría de miembros de Podemos. Las intenciones de Teresa le llevaron a los más altos escenarios de representación parlamentaria, pero esto no se tradujo en un cambio verdadero para el país. La nueva política se quedó en el escaparate.

Por otro lado, Núria Parlón es una politóloga que comenzó a trabajar en el ayuntamiento de Santa Coloma de Gramenet dentro del Gabinete de Análisis y Planificación del Área de Servicios a la Persona. En 2009 es elegida alcaldesa del mismo municipio en sustitución del entonces alcalde, también del PSC, que fue imputado por el caso Pretoria. En 2011 y 2015 volvió a ser la candidata de los socialistas (elegida por los militantes) para la alcaldía, consiguiendo revalidar su cargo en el primer intento y recuperar en el segundo la mayoría absoluta para su partido. Desde 2012, compagina su cargo de alcaldesa con el de diputada de la Generalitat y desde 2014 con el de Viceprimera Secretaria del PSC.

A priori podemos observar una vida política muy ligada a su partido y a las instituciones políticas de representación. ¿Se ha traducido esto en beneficios para las clases populares?
Desde que entró en la alcaldía de Santa Coloma en 2009 el presupuesto del municipio dedicado a protección social ha aumentado hasta el 18.3% del total, siendo uno de los mayores de toda España, reduciendo a su vez el endeudamiento y sin aumentar los impuestos a los ciudadanos.

Por otro lado, los servicios municipales de mediación han frenado todos los desahucios que han llegado a sus oficinas. Además, es un municipio pionero en sancionar a las entidades financieras que tuvieran viviendas vacías.

En el ámbito educativo, las familias no tienen que pagar por los libros escolares. Además, el ayuntamiento garantiza a 2300 niños una comida equilibrada diaria y gratuita.
Sin embargo, las acciones de Parlon no se reducen al nivel municipal. En el seno de su partido es bien conocida por su actitud crítica frente a las decisiones que no considera correctas: tras las elecciones generales del 20D, se mostró contraria al pacto del PSOE con C’s por considerar que fomentaba un pacto con el PP, en lugar de mejoras para el país. Por otro lado, también tuvo enfrentamientos con Ferraz y con la cúpula del PSC por su apoyo al derecho a decidir y a la posibilidad de celebrar un referéndum en Cataluña. Por último, la alcaldesa también es partidaria de llegar a pactos con fuerzas progresistas como Podemos o ERC en lugar de seguir la senda de pactos tomada por Pedro Sánchez o Susana Díaz.

Analizados estos dos perfiles, podemos llegar a una conclusión: la nueva política no es una etiqueta de un solo color; no es algo de lo que pueda apropiarse un partido o un movimiento social. Como hemos visto, la representante de Podemos, partido abanderado del cambio, no ha conseguido traer éste a Andalucía y sus propuestas han quedado prácticamente en la irrelevancia.

Por su parte, la regidora socialista ha traído prosperidad a su municipio, apostando por beneficiar a los colectivos que más lo necesitan y recuperando la confianza de la ciudadanía en el Ayuntamiento tras haberse visto salpicado por la corrupción, cosa que se demuestra con los la mejora de los resultados de su partido en las elecciones municipales de 2015 respecto de las de 2011 a pesar de llevar 6 años en el poder, con el desgaste que esto conlleva.

Por lo tanto, cuando volvamos a hablar de nueva política, fijémonos en las personas, no en las marcas; fijémonos en los hechos y no en las palabras.