El debate sobre la Inteligencia Artificial (IA) se ha instalado con fuerza en la sociedad española, impulsado por avances tecnológicos y el creciente uso de herramientas cada vez más sofisticadas. En esta encuesta de Electomanía (ElectoPanel), se analiza en detalle cómo perciben los españoles la IA, qué expectativas tienen sobre su impacto social y qué postura defienden en materia de regulación y uso.
[Artículo elaborado principalmente con IA a partir de los datos del panel, posteriormente revisado]
Percepción general: entre el optimismo y el recelo
El primer bloque de la encuesta se centra en la actitud básica de la población hacia la IA. Un 55,6% de los participantes declara estar a favor, considerándola una tecnología que puede aportar grandes beneficios. En contraposición, un 6,5% manifiesta estar directamente en contra, pues cree que podría acarrear más problemas que soluciones, mientras que un 32,8% reconoce sentir miedo, si bien admite su potencial innovador. Finalmente, un 5,1% se muestra indiferente, al no creer que la IA afecte demasiado a su vida.
Diferencias ideológicas en la percepción
El desglose por ideología revela matices relevantes:
- En la extrema izquierda, la postura mayoritaria (49,1%) es favorable a la IA, aunque se registra uno de los porcentajes más altos de recelo (37,6%).
- A medida que avanzamos hacia el centro, la proporción de encuestados a favor de la IA aumenta (por ejemplo, 57,6% en el centro político).
- En la derecha y extrema derecha, el apoyo supera el 60% (61,5% y 63,5% respectivamente), aunque no desaparece completamente el miedo (entre un 24% y un 28%).
Se aprecia, por tanto, que el espectro ideológico menos inclinado a la confianza total en la IA se sitúa en la izquierda, donde se expresan más reservas. Sin embargo, incluso en los segmentos menos entusiastas, la mayoría ve con buenos ojos el potencial de esta tecnología.
Regulación de la IA: consenso sobre la necesidad de poner límites
Una de las preguntas centrales del estudio aborda si los españoles consideran que la IA debe estar regulada. La gran mayoría (casi un 90% de los encuestados) afirma que sí, aunque con diferentes grados de intervención:
- Un 59,2% propone una regulación equilibrada que no frene la innovación.
- Un 30,6% es más exigente y aboga por establecer normas estrictas.
- Solo un 8,2% cree que no debería haber límites y la IA debería desarrollarse libremente.
- Un 2,0% no está seguro o no tiene una opinión definida al respecto.
Prioridades de la regulación: privacidad, transparencia y lucha contra la desinformación
En caso de que la IA sea regulada, las principales preocupaciones de la ciudadanía se dirigen a:
- Privacidad y uso de datos personales (42,5%): la protección de la información sensible lidera el listado de inquietudes.
- Difusión de información falsa o manipulación mediática (22,8%): el impacto de la IA en la creación y difusión de fake news preocupa a casi una cuarta parte de los encuestados.
- Transparencia y ética en los algoritmos (13,7%): se pone el foco en la necesidad de evitar sesgos en la toma de decisiones automatizada.
- Automatización del empleo (10,7%): se valora el posible impacto en el mercado laboral y la sustitución de puestos de trabajo.
- Uso de la IA en armamento y aplicaciones militares (10,3%): un aspecto que, aunque minoritario, genera un debate ético específico.
Diferencias ideológicas:
En las formaciones de izquierda y centro-izquierda se observa algo más de énfasis en cuestiones como la privacidad y la transparencia, mientras que en la derecha se centra la preocupación en el tratamiento de los datos personales.. No obstante, en todos los segmentos ideológicos sobresale la preocupación por la protección de los datos personales.
Uso ético de la IA por parte de gobiernos y empresas
Otra dimensión analizada se centra en la confianza de la sociedad sobre el uso que gobiernos y empresas harán de la IA:
- Un 47,1% de la muestra declara que no confía en un uso ético y cree que se empleará para defender intereses propios.
- Un 43,2% adopta un punto de vista condicional (“depende de quién la utilice y de cómo se regule”).
- Apenas un 9,6% expresa confianza en que la IA se usará por el bien común.
Perspectiva por ideología
Aunque en todas las corrientes ideológicas predomina la precaución, es interesante señalar que conforme avanzamos hacia la derecha, el porcentaje de quienes desconfían tiende a ser ligeramente menor, y aumenta la proporción de quienes consideran que depende de los mecanismos de control y del sujeto que ostente la tecnología. En la izquierda, sin embargo, reina más el escepticismo sobre la aplicación ética por parte de grandes empresas o instituciones gubernamentales.
El impacto futuro de la IA en la sociedad
Los encuestados también se pronuncian sobre qué consecuencias (positivas o negativas) tendrá la IA:
- Un 58,8% considera que traerá tantos beneficios como riesgos importantes.
- Un 16,5% la ve como una posible amenaza para la humanidad si no se controla debidamente.
- Un 15,7% mantiene una perspectiva marcadamente optimista, al creer que transformará positivamente todos los aspectos de la vida.
- El 9,0% restante admite que no lo sabe o encuentra difícil predecirlo.
El sentir mayoritario se inclina hacia una visión realista, donde las oportunidades y los peligros van de la mano. Solo un grupo relativamente pequeño la ve como una amenaza inminente o tiene claro que será la panacea futura.
Frecuencia de uso y familiaridad con la Inteligencia Artificial
El estudio también investiga en qué medida los españoles emplean, o no, herramientas impulsadas por la IA:
- Un 39,1% reconoce que ha utilizado la IA alguna vez, ya sea con fines personales o profesionales.
- Un 26,2% afirma que la usa a menudo en su vida diaria o en el trabajo.
- Un 13,1% declara emplearla a diario para múltiples tareas.
- Un 21,6% indica que nunca o casi nunca ha usado IA.
Variaciones según el espectro político
Por ideologías, las posiciones de centro y derecha parecen presentar porcentajes ligeramente más altos de uso diario, mientras que en la izquierda y extrema izquierda se ve una proporción similar, pero algo menor, en el uso intensivo. Sin embargo, en prácticamente todos los segmentos domina el grupo que la ha probado “alguna vez” o la usa “con cierta regularidad” (al menos ocasionalmente).
Esta diversidad en la frecuencia de uso podría correlacionarse con factores como el nivel de digitalización laboral, la formación tecnológica o el perfil socioeconómico de los encuestados.
El ElectoPanel revela claros contrastes:
- Amplio apoyo, pero con reservas: Más de la mitad de los españoles (55,6%) ve la IA como una fuente de beneficios; sin embargo, un relevante 32,8% reconoce temores por sus posibles efectos adversos.
- Necesidad de regulación: Existe un consenso muy mayoritario (casi 9 de cada 10 personas) en que la IA debe contar con algún tipo de regulación. El debate gira en torno a su nivel de rigor y la preocupación más extendida recae en la privacidad de los datos.
- Escasa confianza en un uso 100% ético: Predomina la percepción de que gobiernos y empresas podrían anteponer sus intereses particulares, aunque un sector considerable matiza que la clave estará en los mecanismos de control que se establezcan.
- Visión de futuro prudente: Una mayoría intuye que la IA supondrá un equilibrio entre riesgos y oportunidades; solo una minoría cree que será inofensiva o, en el otro extremo, una amenaza absoluta para la supervivencia humana.
- Uso creciente, pero no generalizado: Casi el 40% ya ha experimentado con IA en alguna ocasión, y un 26,2% la utiliza a menudo. No obstante, un 21,6% apenas ha tenido contacto con estas tecnologías.
En definitiva, la ciudadanía española transita entre la curiosidad y el recelo hacia la IA. El apoyo es mayoritario, pero también se demanda una regulación sólida que proteja derechos fundamentales y evite abusos, al tiempo que se permita a la tecnología seguir innovando. El factor ideológico introduce matices en la percepción de sus riesgos y en las expectativas de uso ético por parte de las instituciones, pero el denominador común sigue siendo la apuesta por la cautela informada.
En un momento de expansión acelerada de la Inteligencia Artificial, este ElectoPanel muestra la relevancia de que las autoridades y el sector privado aúnen esfuerzos para garantizar una evolución equilibrada de la IA: con un desarrollo que fomente la competitividad y la innovación, pero sin dejar de lado la privacidad, la ética y la transparencia como pilares clave.
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