Este jueves 23 de abril está convocada la reunión del Consejo Europeo que deberá decidir cuál es el rumbo que adopta la Unión Europea para contrarrestar los efectos económicos adversos derivados del COVID-19.
Con el principio de acuerdo anunciado hace días como base, los países miembros discutirán cómo acometer la ayuda que los países miembros más perjudicados por el impacto de la enfermedad necesiten.
En los últimos días Italia ha vuelto a sugerir que espera salir del Consejo con un si a los eurobonos, no contemplando por ahora otra opción. Conte, en unas duras declaraciones a un medio alemán, hablaba de los Países Bajos como un estado que se ‘estaría beneficiando mediante dumping fiscal de más de 9.000 millones de euros que sustrae a otros países miembros de la unión’, lo que anticipa una nueva lucha en el seno de la UE.
Angela Merkel declaraba hace unas horas que sin duda atenderán a los países más perjudicados, pero se sigue mostrando contraria a los eurobonos. Esta postura es la que defiende, con fuerza, el Primer Ministro Rutte.
La alternativa española: ‘deuda perpetua’
Ante un posible escenario de bloqueo, con el bloque nórdico contrario a aceptar la emisión de eurobonos y el bloque mediterráneo favorable a ellos, España planteará otra posibilidad.
Según EuropaPress, Sánchez pedirá la creación de un fondo europeo de 1,5 billones de euros para relanzar la economía (un ‘nuevo Plan Marshall’) que se financiaría mediante la emisión de deuda perpetua por parte de las Instituciones europeas (como la Comisión Europea), sin fecha de caducidad. Esta emisión desde las Instituciones haría que estos títulos tuvieran la máxima calificación de rating (riesgo crediticio).
A los inversores que adquiriesen estos títulos se les abonarían intereses anuales, y serían sufragados mediante la creación de nuevos impuestos a nivel europeo.
Los pagos a los países se realizarían mediante transferencias directas y el reparto seguiría criterios efectivos del impacto que cause el COVID-19 en las economías de los miembros de la UE, como la caída del PIB o la pérdida de empleo.
Aquí podéis consultar la propuesta en su totalidad (click para agrandar):
Con esta propuesta, Sánchez espera poder conseguir el acuerdo entre los dos bloques, ya que los del bloque mediterráneo recibirían la financiación necesaria sin recortes o medidas de austeridad impuestas, mientras que los del bloque nórdico no verían penalizadas sus economías para contribuir al fondo de ayuda.
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