Hoy se celebra otra tanda, otro «superminimartes» en la carrera demócrata a la Casa Blanca. Reducida la contienda a dos candidatos, el exvicepresidente Joe Biden y el izquierdista Bernie Sanders, el interés ha decaído mucho, porque el país está más pendiente del coronavirus y las dudas sobre si están preparados para afrontarlo.
En este contexto, votarán estados como Florida, Illionois o Arizona, mientras Ohio, que también debía hacerlo, ha decidido posponer la votación.
Ayer se celebró un debate cara-a-cara, el primero de la campaña, que hubiera sido decisivo en otras circunstancias, pero que en estas no lo será. Ambos candidatos hicieron un papel aceptable, y lo más relevante es, quizás, que Biden se comprometió a designar una vicepresidenta.
Tras el anterior «superminimartes», así va la carrera:
Aunque aún quedan muchos delegados por designar, Biden lo tiene prácticamente hecho, y solo podrían derribarle acontecimientos externos a la campaña, como la evolución de la pandemia o cuestiones personales de salud. Preocupan algunos de sus deslices y «olvidos» en público.
Para la jornada de hoy los sondeos le otorgan cómodas ventajas:

En Illinois, que reparte hoy 155 delegados, las encuestas vaticinan un 55-35, y para Arizona (67), un resultado similar. Aunque finalmente Sanders consiguiera remontar y lograra diez o doce puntos más de lo esperado, cosa nada rara en Estados Unidos, seguiría quedando por debajo de Biden.
Así que, salvo monumental sorpresa, la atención se centrará cada vez más en la posibilidad (o no) de que Biden derrote al presidente en noviembre. De momento los sondeos le dan al exvicepresidente una ventaja de entre 5 y 9 puntos sobre Trump, que sería más que suficiente para ganar holgadamente, incluso aunque algunos estados clave (swing states) le dieran la espalda. Recordemos que Hillary Clinton ganó hace cuatro años por unos dos puntos de diferencia, pero perdió en el colegio electoral al quedar ligeramente por detrás de Trump en los tres o cuatro estados clave.
Así que ahora Biden tendría un ventaja sobrada, pero la auténtica carrera no ha hecho más que empezar. Aquello es América, encuestas (sobre todo allí) son encuestas, y todo puede cambiar según evolucione el virus.
No creía que eso estuviera en duda ni que fuera polémico. Primero, que con mandar un SMS a todos los números que empiecen por 6 (en España), ya le estaría llegando a todo el mundo que tuviera móvil un mensaje, y lo segundo, que supongo que habrá una lista de números ocupados y no ocupados, de hecho creo que las operadoras de móvil pueden acceder y ver con quién lo tienes contratado. Lo que supongo que no estará tan accesible son los datos personales del titular de la línea, pero es también una información que tiene que tener el Estado porque se pedía obligatoriamente para mantener la línea o para abrir nueva después de los atentados de 2004.