El INE ha publicado un interesante estudio sobre la realidad demográfica española.
El problema básico demográfico español es la falta de nacimientos. En 2017 caímos por debajo de los 400.000, cifra muy inferior a la que nos correspondería según nuestra población.
Las parejas optan por tener muy pocos hijos, y tan solo Melilla alcanza un indicador de fecundidad suficiente como para asegurar el reemplazo generacional.
Esto hace que, por primera vez en la historia, el crecimiento vegetativo de la población (sin contar emigración ni inmigración) fuera negativo en el año pasado. Los nacimientos ya no bastan para cubrir los fallecimientos.
Esta realidad es común en muchos países desarrollados, pero en España se encuentra muy agudizada. Además, encubre diferencias grandes entre comunidades. Algunas de ellas aún conservan un crecimiento vegetativo positivo, aunque en pocos años todas o casi todas acabarán en la zona negativa.
Los datos de la tabla anterior son absolutos. Si consideramos el distinto peso demográfico de unas y otras, obtenemos el siguiente mapa de saldo demográfico «per capita», en el que hemos numerado a las comunidades ordenándolas de mayor a menor crecimiento vegetativo.
El sur tiene un balance más equilibrado que el norte, y el este más que el oeste. El resultado es que el cuadrante noroeste de España perderá población rápidamente, mientras el sur y el Mediterráneo podrán contener mejor este fenómeno. Madrid constituye una excepción a la marcha general como consecuencia de la capitalidad.
El montante final de la población dependerá en el futuro del saldo migratorio: de si compensamos el inevitable descenso del número de «nacionales» con aportes provenientes del exterior, o no.
¿Es esto un problema o una oportunidad?
El debate es uno de los más importantes que deben afrontar los países desarrollados de cara a las próximas décadas, y tiene fuertes implicaciones en cuanto al sostenimiento del estado de bienestar y las decisiones de política inmigratoria, como estamos viendo recientemente y veremos, más aún, en el futuro.
José Salver
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