Según informa hoy La Vanguardia, los trabajos de la fiscalía suiza, que hace ya varios años levantó el velo sobre las actividades financieras que había desarrollado Juan Carlos I antes de su abdicación, muestran unos flujos de capitales muy destacados. De todo ello se ha dado traslado a la Audiencia Nacional, para unas diligencias que han terminado en el Tribunal Supremo.
Según el periódico, los ingresos que Juan Carlos I habría recibido, y luego articulado a través de una serie de sociedades, para acabar compartiéndolos con Corinna Larssen, podrían ascender a 82 millones de euros, y no solo provendrían de México o Arabia Saudita, sino que se extenderían también a Kuwait, Bahrein o a terrenos en Marruecos.

Una parte de las cantidades recibidas o acabaron directamente en cuentas relacionadas con el emérito mediante fundaciones, o acabaron, mediante sociedades interpuestas, en manos de Corinna.
Este sería el caso de más de cuatro millones de euros procedentes de trabajos en Kuwait o de unas tierras, valoradas en más de un millón y medio de euros, llegadas tras una donación de la corona alahuí. El diario detalla muchas otras actividades lucrativas que se articularon, entre otras, mediante la Fundación Zagatka, y que en su mayoría se refieren a momentos en que Juan Carlos I era aún el rey de España.
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