La península ibérica se queda atrás en el retroceso de la tercera ola

El descenso de casos de covid-19 es un hecho en toda Europa, después de una muy profunda tercera oleada que hemos padecido entre noviembre y finales de enero. Sin embargo, los datos no son igualmente buenos en unos países y otros.

En algunos estados europeos la incidencia ha bajado notablemente, llegando en regiones de Noruega, Finlandia o Grecia a estar por debajo de los niveles en que se podría considerar que el virus ha desaparecido momentáneamente, en otros la situación, aún habiendo mejorado, sigue siendo muy grave.

Las regiones que más atrás se han quedado son el centro y sur de Portugal, Castilla y León, Castilla-La Mancha y Comunidad Valenciana en España, y áreas de la República Checa y el Tirol italiano.

Las fronteras nacionales son claramente perceptibles en muchos casos, indicando que, aunque el virus rebasa habitualmente sus límites, no todas las estrategias son igualmente efectivas, y cada país soporta las distintas oleadas en momentos no exactamente iguales.

La mejor visión global de la pandemia, por desgracia, la dan las cifras globales de fallecimientos. En el caso de España son estas, en datos del Ministerio de Sanidad.

Hemos eliminado del gráfico los datos de los últimos días, al estar aún pendientes de actualizaciones. El conjunto muestra cómo la primera ola fue mucho más intensa pero menos duradera. El verano supuso un período de casi desaparición, pero la enfermedad se reactivó en otoño en una oleada más prolongada que solo remitió ligeramente, enlazando así con la tercera, aún más intensa.

La evolución de las próximas semanas será clave para saber si tendremos una cuarta elevación de casos. Para ello es clave saber hasta dónde conseguiremos reducir la curva. Si el descenso es profundo, mayor que el posterior a la segunda ola, y viene unido a un número suficiente de vacunaciones, quizás se podría evitar un repunte, aprovechando además la mejora climatológica. Si, por el contrario, no conseguimos bajar de niveles de contagio de 100 casos por cada cien mil habitantes, no sería extraño que aún nos esperase una cuarta oleada.