La crisis del COVID-19 está teniendo un fuerte impacto sobre economía española. Aún así, en este tercer mes de repercusión, los indicadores del empleo muestran, por primera vez, un cierto cambio de tendencia.
Según los datos oficiales de las oficinas de empleo, el desempleo en mayo ha subido en 26.573 y se sitúa en 3.857.776. El mes pasado la subida del desempleo fue de casi 300.000 personas. Mayo suele ser un mes razonablemente bueno para el empleo (el año pasado el desempleo descendió en este mes en 84.000 personas), porque recoge el efecto de la semana santa del mes anterior, y prepara ya la temporada de verano. Pero en 2020 todo eso ha sido barrido de un plumazo: los sectores tradicionalmente creadores de empleo en estos meses, relacionados con el ocio y el turismo, son los que más están padeciendo la pandemia.
Aún así, y aunque lo normal en este mes sea una bajada del desempleo, la leve subida de este año marca un compás de espera en los escalofriantes datos de marzo y abril que supone un alivio, aunque sea momentáneo. Pero la realidad de fondo no ha desaparecido: en términos desestacionalizados, la pérdida efectiva de empleo producida en mayo es realmente de 122.000 personas.
Como dato muy positivo, claro indicador de que, aunque sea levemente, la actividad se reinició algo en mayo, durante este mes el número de afiliados a la seguridad social creció en casi 100.000, para un total de 18.500.000 personas.
Esta realidad compleja y en pleno ajuste, queda patente en la distinta evolución del desempleo por sectores. Los servicios se llevan la palma de la pérdida laboral, y eso contando con los cientos de miles de trabajadores que oficialmente no se encuentran desempleados, al estar sometidos a ERTE’s. La profunda sima que, en términos de desempleo, supone la cota de 2016, ya ha sido superada por el sector servicios, que va directo a hundirse en niveles propios de los peores años de la anterior crisis (2012, 2013…).
En los tres meses de crisis que llevamos se observa una y otra vez el cambio de paradigma al que nos vamos a ver obligados: los servicios pierden empleo a bobortones, mientras que otros sectores relegados en las últimas décadas, como la industria, aguantan mucho mejor el tirón. La construcción, incluso, gana empleo este mes.
En cuanto a la contratación, después del espectacular bajón de abril, mayo presenta un saldo menos negativo, con unos 200.000 nuevos contratos firmados más que abril. Aún así, estamos todavía en menos de la mitad de lo que sería normal a estas alturas del año.
El desolador panorama que se nos presenta a medio plazo queda patente en los datos de prestaciones y demandas por desempleo. Los registros, que en este caso se presentan con un mes de retraso, muestran el abrumador deterioro que se produjo entre marzo y abril, y el futuro impacto que la reducción de cotizantes y el aumento de prestaciones tendrá en la sostenibilidad de las cuentas públicas, así como en la propia supervivencia de millones de hogares españoles.
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